Sospechan de una nueva fuga radiactiva en otra central nuclear japonesa
Tras detectarse el aumento de la densidad de sustancias tóxicas en el combustible nuclear almacenado en la planta de Tsuruga, los responsables de la central han optado por paralizar su marcha manualmente, a la espera de confirmar lo que muchos japoneses temen.
GARA | TOKIO
Las autoridades de la provincia japonesa de Fukui anunciaron ayer que procedieron a la parada manual de uno de los reactores de la central nuclear de Tsuruga, después de que se ampliasen las sospechas sobre una posible fuga radiactiva en esa central. Responsables de la empresa operadora que gestiona Tsuruga, Japan Atomic Power, aclaró que tomó la decisión al detectarse un aumento en la densidad de sustancias tóxicas en el líquido refrigerante de las barras de combustible del reactor 2, lo que puede conllevar a una filtración de material radiactivo.
En 1981 esa central ya padeció un incidente similar, al filtrarse agua con altos niveles de radiación a los ríos colindantes. No obstante, en aquella ocasión las autoridades no dieron cuenta del accidente hasta pasadas seis semanas, a la que estuvieron expuestas cerca de 300 personas.
Las sospechas sobre este nuevo percance se difunden cuando aún no han conseguido hacerse con el control de la central nuclear de Fukushima, dañada tras el terremoto y tsunami del pasado 11 de marzo. Precisamente, la operadora Tepco ha fijado el tiempo de tres meses para devolver la refrigeración estable de los tres reactores dañados de la planta, y otros nueve para apagar las altas temperaturas del combustible nuclear. De ser así, aseguran que los niveles de radiación se suavizarán considerablemente para el verano, y que para finales de año tomarán el control total de la central.
El Parlamento japonés aprobó ayer un presupuesto de emergencia de 4,02 billones de yenes (unos 33.000 millones de euros) para la primera fase de reconstrucción del nordeste del país.