En presencia del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, se reanudó ayer el proceso Mediatrade, donde se juzga al propio mandatario por evasión de impuestos. En una aparición inusual, el primer ministro criticó a las puertas del Tribunal de Milán a los magistrados que llevan el caso, al culparles de intentar destruir su carrera política.

Una vez dentro, el mandatario se pronunció en los mismos términos, rechazando todos los cargos que se le imputan. Le acusan, concretamente, de malversación de fondos en la adquisición de derechos televisivos que, según aseguran, fueron comprados a precios superiores a través de compañías que hacían de pantalla. Aunque aún faltan vistas por celebrarse, Berlusconi aseguró ayer haber ido «todo bien» a la salida del juzgado.