No han terminado de digerir la sentencia de su propio Tribunal Constitucional sobre las candidaturas electorales de Bildu y se revuelven como los parásitos ante un repelente químico. Ayer el editorialista de «El Mundo», tras reconocer que necesita tiempo y que «mañana entraremos mucho más a fondo en el análisis y las consecuencias de este fallo», adelantaba que «nos parece un grave error que supondrá un retroceso en la lucha contra el terrorismo». Pues le garantizo al escriba de turno que en Euskal Herria la percepción mayoritaria es diametralmente opuesta. No tiene más que preguntar por sus calles.

El amanuense de Pedro J. reconoce «sentirse sorprendido» por una resolución judicial que, «a nuestro juicio, supone facilitar una pista de aterrizaje al entorno político de ETA, que hasta la fecha sigue sin convencer de la sinceridad de su apuesta por las vías democráticas y sin repudiar los métodos de la banda terrorista». Leer la palabra «sinceridad» en el periódico de Pedro J. Ramírez resulta, más que cómico, sarcástico. ¿No les parece?

Para explicar lo anterior, cita un documento presentado por la Guardia Civil en «El Mundo» y ante el Tribunal Constitucional -juraría que por ese orden- que, además de apócrifo, está mal traducido: «A este respecto, resulta bastante difícil de entender que el Constitucional no haya valorado de forma suficiente el importante documento de ETA que publicamos hoy, que acredita que la organización terrorista negoció con EA, integrante de Bildu, la creación de un frente político independentista». Y con ese papelucho, Pedro J. asegura que queda acreditada «la existencia de una estrategia concertada entre ETA, EA y la izquierda abertzale», y a partir de ahí el supuesto periodista en funciones de Policía Judicial advierte que «debería haber servido como prueba de peso para ilegalizar todas las listas. Pero el resumen de este documento fue entregado por la Guardia Civil anteanoche al Constitucional». El periodismo, entendido como actividad fiscal, ¿No les parece?