Diversas fuentes opositoras cifraron en entre 13 y 21 los manifestantes muertos durante las protestas convocadas ayer, día de descanso musulmán, en las ciudades de Homs y Hama, dos bastiones de la revuelta situados al norte de Damasco.

El Ejército había desplegado desde primera hora de la mañana tanques en los alrededores de la ciudad de Homs.

La cadena oficial siria aseguró que un oficial del Ejército y cuatro policías habrían resultado muertos en un ataque protagonizado por un grupo armado en esa localidad.

La ciudad de Hama es tristemente conocida porque durante el mandato del presidente Hafez al Assad, padre del actual mandatario, las fuerzas de seguridad sirias arrasaron la ciudad vieja en 1982 para aplastar un levantamiento encabezado por los Hermanos Musulmanes. La actuación se saldó con hasta 30.000 muertos.

Fuentes opositoras aseguraron que los residentes de la ciudad costera de Banias, otro de los bastiones de la revuelta siria, temían que el Ejército, que se encontraba apostado a unos 4 kilómetros, pudiera irrumpir en la localidad en cualquier momento.

Detenciones

Por otra parte, la Policía secreta siria detuvo al líder opositor y ex diputado Riad Seif en el transcurso de una manifestación cerca de la mezquita de Al Hasan, en el centro de Damasco, según informó su hija.

Seif purgó una pena de dos años y medio de cárcel por formar parte del grupo de doce líderes opositores que firmaron la conocida como «Declaración de Damasco»», en la que apelaban a la instauración de una democracia de corte occidental en el país árabe.

Además, arrestó también a Muaz al Jatib, un importante predicador musulmán de Damasco y una prominente figura en el movimiento opositor, según informaron grupos defensores de los Derechos Humanos.

«La Seguridad Política llamó al jeque Muaz a las 23.00 horas del jueves. Le pidieron educadamente que fuese allí cinco minutos. Él les dijo que estaba enfermo, pero ellos insistieron, así que fue, y desde entonces no sabemos nada de él» declaró a la agencia Reuters un compañero de Jatib.

Jatib, director de la Sociedad de la Civilización Islámica, ha trabajado intensamente convencer a los grupos minoritarios de Siria de que si el presidente, Bashar al Assad, es derrocado o dimite, se respetaría la diversidad del país.