Definitivamente y salvo sorpresa mayúscula la Vuelta al Bidasoa volverá a tener sabor ruso por tercer año consecutivo. El Lokomotiv demostró ayer su poderío en el final en el alto de San Marcial y en particular Evgeny Shalunov ofreció una nueva demostración y logró una rotunda victoria por lo que se consolida en el liderato. En la meta, su dominio sólo estuvo contestado por el Naturgas, excelente, con Igor Merino tercero y Fernando Grijalba quinto.

El monólogo ruso se acentuó en la tercera etapa. Una vez más, el Caja Rural le plantó cara y se pegó con los chicos rubios del Este, pero esta vez salieron perdedores y no se repitió la excepción del triunfo de Yelko Gómez del día anterior.

Con tres ases en la manga, el propio Shalunov, Chernetsky y Sveshnikov, la formación rusa jugó con los últimos y reservó al líder de la carrera para la ascensión final a San Marcial. El Caja Rural guió al pelotón en los kilómetros finales, después de anular una fuga con el francés Anthony Perez como último superviviente. Sin embargo, Sveshnikov se movió primero y rompió el grupo y la faena la remató el propio Shalunov en persona, vencedor en la cima, con sus compañeros de equipo segundo y cuarto. Un nivel exagerado después, además, de estar toda la etapa en la pelea.

Y entre ellos se intercalaron Merino, tercero, y Grijalba, quinto, del Naturgas de Aritz Arberas que anunció que llegaban en un gran momento y que habían preparado Bidasoa con mimo y que demostró ayer que no era un farol, ni mucho menos. Asimismo, destacar el también notable rendimiento de Sergio Ruiz (Debabarrena) y Antton Ibarguren (Caja Rural).

La carrera se decide, si no lo está ya dada la fortaleza mostrada por Shalunov y su equipo, en la última etapa con las tradicionales subidas a Agiña, Aritxulegi y Erlaitz. Una victoria final que no tenga apellido ruso será una sorpresa monumental.