Amparo LASHERAS Periodista
Del optimismo al trabajo serio
El Che pronunció frases que, aun fuera del contexto en que las dijo, resumen estrategias que revelan su pensamiento (marxista) y el proyecto político y social a desarrollar cuando pueblos, como el cubano, fueran liberados con las armas. En diciembre de 1958 y tras arduos combates, la guerrilla tomó la ciudad de Santa Clara. En medio de la alegría incontenible de un pueblo liberado, alguien gritó: «¡la revolución ha triunfado!». El Che, con la ecuanimidad tajante que siempre le caracterizó, contestó: «No, la revolución empieza ahora». Tenía razón. La gran labor de cambiar las viejas estructuras capitalistas para crear y construir un nuevo sistema, basado en la independencia, la igualdad y la justicia social, con hombres y mujeres libres, suponía para el Che la esencia de la verdadera revolución, el auténtico fin de una lucha armada en la que él afirmó que se ganaba o se moría. Tras cincuenta años de lucha y diez de ilegalización y persecución, Euskal Herria acaba de librar una importante batalla con el Estado español por el derecho a la participación política. Bildu la ha ganado. Hasta el día 22 viviremos una etapa de optimismo. Al día siguiente y con una alta dosis de victoria, se apagarán las luces mediáticas y habrá que volver a la tarea del cambio social, de la construcción nacional y de la independencia. Al trabajo popular de debate y participación de las nuevas alternativas; a la lucha ideológica de un pueblo que debe de prepararse para protagonizar su porvenir y combatir al neoliberalismo. A los que hoy derrochan optimismo hay que recordarles lo que el Che en Santa Clara, el trabajo más liberador empieza ahora.