Hace unos días recibí el Programa de las II Jornadas del Máster en Igualdad de Mujeres y Hombres de la UPV/EHU que tendrán lugar el 20 y 21 de mayo en Donostia. Su título «Movimiento feminista, grupos de mujeres y organismos de igualdad: ¿Nuevas vías de Interlocución?», me indujo a pensar que un programa acorde con él incluiría como ponentes a representantes de los organismos de igualdad; de los grupos de mujeres (supuse que esa etiqueta remitía a asociaciones que no se identificaban como feministas); y de las organizaciones feministas que en las jornadas de 2008 mostraron sus diversas posiciones ante la política institucional y que se relacionan, crítica o acríticamente, con los organismos de igualdad. Sólo así, pensé ingenuamente, podría abordarse una problemática tan oportuna y compleja en términos de reflexión teórica y de praxis política, y constituir colectivamente, y desde los feminismos, «nuevas vías de interlocución».

En cuanto abrí el programa me di cuenta de hasta qué punto me había equivocado. Además de la pirueta políticamente torticera de invitar a una representante del Movimiento sin Tierra de Brasil -y no me cabe la menor duda del interés de sus reflexiones y experiencias políticas en un mundo globalizado-; a una feminista de El Salvador, país que aprobó en marzo de este año la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación en Contra de las Mujeres -y cuyas aportaciones también resultarán de interés-; y a otra feminista salvadoreña, hoy miembro de Garaipen, Asociación de Mujeres Inmigrantes y Vascas, una asociación que, al igual que otras muchas que figuran en el Directorio de Asociaciones publicado por Emakunde en 2009, merece ser escuchada; dos hechos me interpelaron en el programa de esas jornadas.

El primero, la sobre-representación de miembros de la administración pública -diputaciones, ayuntamientos, Ema- kunde-, y el segundo, la reducción del movimiento feminista a una única plataforma: Plazandreok, como si ésta representara a todo el espectro político feminista. Perpleja, me pregunté por qué, con lo necesario que es pensar colectivamente sobre el tema en cuestión, el programa excluía de la interlocución a todos los grupos feministas de Euskal Herria (salvo Plazandreok), y a todos los grupos de mujeres (salvo Garaipen).

El resultado de esa exclusión conlleva posiciones y derivas políticas de calado que marcan un máster universitario que, desde hace años, forma a «agentes de igualdad» que se han ido incorporando a la administración pública y ejercen en ella sus funciones.

Si lo que se pretende es avanzar en las políticas de igualdad y fomentar la interlocución, ¿qué menos que organizar las mesas de esas jornadas haciendo que en todas participen representantes del movimiento feminista, de los grupos de mujeres y de los organismos de igualdad? Como no se ha hecho, nos encontramos con el absurdo de que la última mesa «Puesta en común para una mejor interlocución», se nutrirá en exclusiva de las aportaciones de la Asociación Garaipen, de Plazandreok, de la agente de igualdad del Ayuntamiento de Basauri, y de la secretaria general de Emakunde. Triste realidad que reduce a pura retórica el prometedor título de las jornadas, y que anula la posibilidad de que realmente se inicie una más que necesaria reflexión sobre la problemática propuesta.

Visto lo visto en el programa, y aún a sabiendas de que no siempre puede lograrse una representación paritaria en las diferentes mesas de trabajo, estas jornadas no parecen estar destinadas a pensar nuevas posibles vías de interlocución entre movimiento feminista, grupos de mujeres y organismos de igualdad, sino a que se sigan imponiendo como hegemónicas las vías por las que hace más de quince años transita un feminismo institucionalizado que deliberadamente ignora, minoriza y excluye aquellos planteamientos feministas críticos con su quehacer. Aunque sólo fuera por honestidad política, y rigor académico, el título de las II Jornadas de este máster de la UPV/EHU debería ser: «Organismos de igualdad: única vía de interlocución».