Las cleptocracias del Golfo ultiman un frente común de las monarquías árabes
Las cleptocracias (régímenes corruptos y ladrones) del Golfo están dispuestas a estrechar lazos con Marruecos y Jordania para conjurar el riesgo de revueltas sociales locales y para afrontar el «peligro iraní».GARA | DUBAI
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ha invitado a formar parte de su selecto club a las otras dos monarquías árabes, Jordania y Marruecos.
«Los levantamientos que sacuden al mundo árabe y corren el riesgo de soliviantar a la región del Golfo están detrás», asegura Ibrahim Sharqieh, director adjunto de Brookings Doha Center. El CCG, un club cerrado desde su creación en 1981 y que agrupa a Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Oman y Qatar, «busca establecer una coordinación entre las ocho monarquías árabes para formar un frente común ante las revueltas árabes, que hasta ahora han tenido éxito en regímenes republicanos».
Jordania y Marruecos cuentan con una sólida experiencia represiva que podría servirles para reprimir toda veleidad de cambio en sus sociedades, como ha ocurrido con Bahrein. Ambos regímenes juegan además la carta de un falso reformismo que no satisface las demandas de sus poblaciones pero sirve para lograr el aval occidental.
Los países del Golfo perciben como principal enemigo a Irán, por lo que les interesa una alianza con los experimentados ejércitos marroquí y jordano, señala el analista kuwaití Aied al-Mannaa. En este sentido, estos regímenes habrían visto matizada su ciega confianza en EEUU, que mantiene una fuerte presencia militar en la región pero que poco pudo hacer para evitar la caída de los regímenes aliados de Túnez y de Egipto.
No falta quien destaca los obstáculos para una integración en el CCG de Marruecos y Jordania, económicamente pobres y con un PIB respectivo de 92.000 y 27.000 millones de dólares, menos del 9% del de las petromonarquías. La llegada de 32 millones de marroquíes y de 6.5 millones de jordanos doblaría la población del CCG, actualmente menos de 40 millones de habitantes, lo que agravaría el problema del paro, sobre todo en Arabia Saudí, donde afecta al 40% de la juventud. Y es que el CCG prevé la libre circulación de las personas. Además, Marruecos y Jordania, enfrentados a un paro masivo, son importadores netos de petróleo.
Los expertos señalan que es más comprensible la adhesión de Jordania, vecino de Arabia Saudí e importante socio comercial del CCG. No así la de Marruecos, «que ha sido acogida con gran inquietud» en la opinión pública, advierte el diario árabe Al-Hayat. Al-Mannaa augura, en este sentido, que el CCG a ocho podría ser una idea efímera, como lo fue la Declaración de Damasco, en la que la institución abrió brevemente sus puertas a Siria y a Egipto por su apoyo a la guerra contra Irak tras su invasión de Kuwait.
Obama recibe a Abdallah II
El presidente de EEUU, Barack Obama, tenía previsto recibir ayer en la Casa Blanca al monarca jordano, Abdallah II.
Se trata del primer encuentro entre ambos mandatarios desde el estallido de las revueltas árabes y tiene lugar en vísperas de un discurso de Obama en el que abordará los procesos de cambio en la región frente al modelo de yihad de Al Qaeda.
El régimen de Oman ha perpetrado una nueva redada contra militantes de derechos humanos tras una reunión en la capital, Mascate, el pasado fin de semana