Un acuerdo entre el sindicato LAB y la dirección de la empresa Catelsa, de Oiartzun, para «estabilizar las condiciones laborales» del personal ha puesto fin a la huelga que secundaban sus trabajadores desde el 2 de mayo y que llevó a dos miembros del comité a protagonizar una huelga de hambre de dos semanas.

Las protestas se iniciaron para denunciar la política de contratos de «usar y tirar» que venía manteniendo la empresa durante toda una década, lo que provocó el hastío de sus trabajadores.

En un comunicado, la central abertzale critica la postura mantenida por la multinacional, «para la cual los trabajadores son meros gastos a reducir», así como la «incomprensible actitud de sindicatos que se han opuesto a una reivindicación totalmente loable y justa», en alusión UGT y CCOO, que llegaran a decir que la huelga era injustificada.

Pese a ello, LAB se felicita de que «la unión y la solidaridad de la gran mayoría de los trabajadoras ha permitido la obtención de este acuerdo». «En estos tiempos en los que parece que luchar es de otro tiempo, los trabajadores de Catelsa han demostrado que luchar es posible y necesario», destaca, además de resaltar el «gran ejemplo de solidaridad» de la plantilla, ya que «gran parte de los huelguistas son personas con contrato indefinido, a los que el acuerdo obtenido no les acarrea ningún beneficio material».