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Ugartemendia sigue en un centro de retención a la espera de ser expulsado

En huelga de hambre para protestar por su inminente expulsión, el preso político Manu Ugartemendia continúa en el Centro de Retención de Vincennes, al que fue trasladado el viernes tras acabar su condena.

Arantxa MANTEROLA | BAIONA

El preso político Manu Ugartemendia continúa en el Centro de Retención de Vincennes después de que el juez prolongara la autorización para mantenerlo retenido por otros quince días.

El oreretarra fue trasladado desde la cárcel de La Santé a dicho centro el viernes, una vez que finalizó la condena de ocho años de cárcel. La situación le fue impuesta el 5 de abril por el tribunal especial de París.

Tras contactar con él en ese centro, Ugartemendia confirmó a GARA que prosigue la huelga de hambre comenzada el 3 de mayo para denunciar su inminente expulsión al Estado español. «Decidí ponerme en huelga de hambre para reclamar mi derecho a vivir libre en Euskal Herria y para hacer frente al posible maltrato por parte de las autoridades españolas porque es de sobra conocido su proceder hacia los militantes vascos».

Añadió, sin embargo, que es posible que abandone dicha protesta en los próximos días ya que no sabe cuánto tiempo puede durar su retención antes de que sea expulsado al Estado español: «De hecho, el juez me comunicó que podía prolongar la autorización otros quince días más, aunque creo que no tardarán tanto en expulsarme».

La situación en la que se encuentra el preso vasco no es habitual ya que, normalmente, las expulsiones se efectúan el mismo día en que finalizan la condena. En este caso, ha habido, según explicó el propio Ugartemendia, algún fallo en el procedimiento: «Mi abogada acaba de informarme de que falta algo en relación con los documentos para poder entregarme al Estado español. En cuanto concluyan los trámites me llevarán a Madrid o me dejarán en alguna de las mugas».

Con los «sin papeles»

Mientras tanto compartirá estancia obligada con los otros retenidos: «Aquí, casi todos son inmigrantes sin papeles o clandestinos que están a la espera de ser repatriados a sus respectivos países. Gente que se encuentra en la más absoluta miseria», explicó.

El régimen interno es muy distinto del de la cárcel: «El único horario obligatorio es el de las comidas y cenas. Por lo demás, cada cual hace lo que quiera y puede pasearse en todo el recinto del centro».

También puede recibir visitas y llamadas telefónicas. De hecho, ése es el único medio para comunicarse con que cuenta el centro. «Cuando me sacaron de la cárcel y me trajeron aquí, la posibilidad de contactar con mi familia me tranquilizó mucho y a ellos también».

Por lo que comentó Ugartemendia, el trato es «correcto»: «Una empresa privada se encarga de las cuestiones de funcionamiento y servicios internos y la vigilancia corre a cargo de la Policía pero, en general, el ambiente es tranquilo».

El movimiento pro-amnistía ha denunciado esta «cruel situación» ya que «aunque Ugartemendia ha cumplido la condena, siguen manteniéndole preso».

en libertad

El preso Eñaut Aramendi será puesto en libertad en las próximas horas. Fue detenido en Urruña hace un año y ha estado en tres cárceles, la última de ellas la de Châteauroux, a 560 kilómetros de su casa.

diez años

Dentro de la iniciativa «10 urte 10 ekimen», el sábado, a las 21.00, tendrá lugar un concierto en Pagola para denunciar la situación de Didier Agerre, que lleva diez años preso. Entre otros, actuará Su ta Gar.

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