El Ejecutivo griego da luz verde a más recortes y privatizaciones
En un desesperado intento por salvarse de la quiebra, el Consejo de Ministros de Grecia dio ayer luz verde a un nuevo paquete de drásticos recortes en el gasto social, subidas de impuestos y privatizaciones de servicios e infraestructuras públicas. El siguiente paso será obtener la aquiescencia de una escéptica Unión Europea (UE), que pone en duda la viabilidad del plan, y del FMI, antes de que el proyecto pase por el Parlamento heleno.
GARA |
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, presentó ayer ante su Consejo de Ministros una nueva serie de severas medidas de austeridad y privatizaciones para obtener 76.000 millones de euros hasta 2015. «El año pasado, con nuestros sacrificios y nuestras decisiones evitamos la quiebra. Y al igual que entonces, ahora asumimos decisiones que se necesitan para alejar para siempre el peligro», dijo el jefe de Gobierno. «No se nos permite dar marcha atrás y tenemos la obligación ante el país y el pueblo de garantizar su futuro», añadió.
Entre las nuevas medidas se negocian más recortes de las pagas extras de los funcionarios, de las pensiones, la limitación de las ayudas sociales, la eliminación o fusión de organismos estatales y la destrucción de 150.000 empleos públicos en cuatro años, mediante bajas voluntarias y eliminación de contratos temporales.
A ello cabe sumar la privatización de la Caja Postal de Ahorros, de los puertos de Atenas y Salónica, de los servicios de agua potable de Salónica y de Atenas, de la empresa telefónica nacional y del casino de Atenas. También se aumentarán los impuestos sobre el gas natural y las bebidas no alcohólicas.
Papandréu ha convocado para hoy reuniones por separado con todos los líderes de la oposición parlamentaria para conseguir la máxima cohesión, aunque el Partido Comunista de Grecia (KKE), que cuenta con 21 escaños de los 300 del Parlamento, anunció que no asistirá al encuentro debido a que no apoya los planes de la Unión Europea (UE) y de los otros partidos, que considera perjudiciales para los griegos.
Mañana, el programa será inspeccionado por los expertos de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), y se prevé que el Gobierno trate nuevamente el asunto la semana que viene, con los detalles más perfilados.
Las dudas de la UE
Antes de dar todos estos pasos, el plan ya nace con el hándicap de la desconfianza de la UE. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, puso en duda la viabilidad de los planes griegos de privatización.
«Estimamos que, de manera significativa, Grecia no puede privatizar 50.000 millones de euros de sus activos en el curso de los próximos años, lo que representa más del 20% de su PIB», explicó Rehn. «Grecia debe reforzar de forma seria el ahorro presupuestario y las reformas económicas», recalcó.
El primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, declaró al semanario alemán «Der Spiegel» que sería favorable a la creación de una agencia de privatización de activos estatales semejante a la que se creó en los noventa en la República Democrática de Alemania y que debería contar con asesoramiento de expertos internacionales que supervisen que las privatizaciones lleguen a buen puerto.
LAB y ELA rechazaron en Portugalete las modificaciones en el sistema de trabajo que se están imponiendo. Según denunciaron, a 7 de los 65 trabajadores, que son de Galicia, se les imponen jornadas de trabajo de 72 horas continuas. Consideran que la compañía «ensaya» un cambio en las condiciones laborales «que no aceptamos».
El Nobel de Economía Paul Krugman, en una columna de opinión en «The New York Times», se mostró muy crítico con los rescates financieros en la UE y con los programas de austeridad que conllevan, y aseguró que «está claro» que Grecia, Irlanda y Portugal «no pueden y no podrán pagar sus deudas en su totalidad».
«Las naciones deudoras con problemas en Europa están, como debíamos haber esperado, sufriendo un mayor retroceso económico gracias a estos programas de austeridad y la confianza se está hundiendo, en vez de aumentando», sentenció.