Hace cuatro años, Fernando García Macua arribaba al Athletic con algunos fichajes bajo el brazo como David López, Gorka Iraizoz y el retorno de Aitor Ocio. Esta vez se presenta a la renovación de su cargo con un pan recién sacado del horno de la cantera maña, la perla del Zaragoza Ander Herrera, que el domingo prestó su último servicio a la Pilarica y que ayer tarde pisó por vez primera el césped de La Catedral enfundado en la zamarra rojiblanca. «Vengo a un club con historia, con amigos y con familiares», justificó su decisión de fichar por el equipo de San Mamés, a pesar de contar con otras novias.

Precisamente, en el terreno de juego donde se fotografió junto a su nuevo presidente, algo menos de un centenar de aficionados le tributaron los primeros aplausos. Su pulgar arriba con el que posó para los medios gráficos fue el reflejo de lo que Herrera dijo minutos después, quiere aportar en Bilbo: «Vengo a tratar de hacer del Athletic un club todavía más grande».

De las cifras del traspaso se encargó el propio García Macua. Cinco temporadas por un fijo de 8,5 millones de euros, más 2,2 por objetivos, con una cláusula de 35 millones de euros los tres primeros años y 40 los dos últimos. «El club -reconoció Herrera- ha hecho una apuesta económica muy importante por mí. ¿Presión? Desde que debuté en el Zaragoza, por mi padre, siempre he tenido esa presión imposible de deshacerme de ella. Y este esfuerzo económico ahora no lo va a ser menos. Pero al contrario, me ilusiona y me motiva a tope».

García Macua resaltó de su nuevo fichaje su «compromiso», como lo ha demostrado con el Zaragoza. Pero está claro que Ander viene a aportar también su calidad y su querencia por el balón. Eso sí, tiene claro que «no vengo a cambiar ningún estilo, sino a aportar. Al Athletic no le falta calidad ni gusto por el balón». Incluso dejó claro que «el que no corre para atrás, no juega». Es más, añadió, ni siquiera «vengo a quitar el número a nadie». En concreto el `8', «que le queda muy bien a Iturraspe», su amigo. «Carácter y asunción de responsabilidades», eso es lo que dijo que le define como jugador. «Y ganas de mejorar».

Con estas premisas se quiere ganar el aplauso de San Mamés. «Pero con el tiempo, a largo plazo, porque ganarse su agrado son palabras mayores», admitió.

Un jugador que no se esconde

Estamos ante un mediapunta, en muchas ocasiones reconvertido a las bandas o, incluso, a jugar en la zona central, construyendo juego, pero también destruyéndolo.

Si Gurpegi ha terminado la temporada como el jugador de Primera con más amarillas, el nuevo fichaje no le anda lejos: 15 cartulinas, de ellas, dos rojas directas. No es que entre con dureza, es que es el séptimo jugador de la temporada al que más faltas en contra le han pitado, 67, lo que unido a las 86 de Javi Martínez (cuarto en ese ranking de `faltones') y el propio Gurpegi (décimo), auguran a Borja Ekiza poder seguir con su racha de ausencia de tarjetas. Otro debe en su haber, esta temporada perdió casi el doble de balones que los que recuperó.

La evolución de estas estadísticas -va a sólo dos goles por temporada- dependerá de la posición que ocupe en el futuro Athletic y del tipo de juego que desarrolle el equipo. Porque él, el fútbol lo tiene claro: «Que corra la pelota. Los equipos buenos son los que hacen correr la bola», ha dicho alguna vez.