Un «vasco-aragonés»
J.V.
Fue un tío bisabuelo suyo el primero en poner el pie en la famosa gabarra ``Acero de Olaveaga'' que surcó la Ría con los leones campeones de los primeros años ochenta; un tío que, además, llegó a jugar en el Athletic, Graciano San Cristóbal. Quizá el destino de Ander era recalar, tarde o temprano, en el equipo de la ciudad que le vio nacer. Su sueño es ser internacional absoluto con la Roja, le gusta el número 10, su ídolo de la niñez era el argentino Pablito Aimar, su color preferido el azul, el actor que más le gusta Morgan Freeman y el libro que más le ha enganchado ``El niño con el pijama a rayas''. Éstas son algunas pinceladas del perfil del joven Herrera, un «vasco-aragonés», como se ha definido alguna vez con humor, y quien ha declarado sentirse «zaragozista hasta la médula». Su amor por el club maño, al que llegó con 12 años, le lleva a definirse como «un ultra del Zaragoza que juega a fútbol. Un ultra bueno, ¿eh?», matizaba. Joven, con cara de travieso, cabeza amueblada, dicen que de fuerte carácter en el terreno de juego y que no puede ver el fútbol sentado y comiendo pipas.