La Real despidió la temporada ayer con un último entrenamiento en el que los jugadores y todo el cuerpo técnico y médico jugaron un partidillo informal en el que quedó claro uno de los mayores tesoros de este club, el gran ambiente de la plantilla. No pudo participar en el entrenamiento Aranburu, con una fractura de la rotula de su rodilla izquierda que le impedirá jugar con la Euskal Selekzioa. Será sustituido por Gorka Elustondo.

El azpeitiarra sufrió un golpe con Boateng en el primer tiempo del partido del sábado en la rodilla que no fue operada hace años. Pese a estar lesionado, aguantó todo el partido sin pedir el cambio y ayer la resonancia que se le practicó reveló que sufría una fractura no desplazada de la rótula. Tras consultar en Policlínica Gipuzkoa con el doctor Martínez Renobales, éste tranquilizó al jugador. Ha iniciado un tratamiento conservador basado en descanso y fisioterapia que le permitirá, sin pasar por el quirófano, estar en condiciones de comenzar la pretemporada con normalidad el 4 ó el 5 de julio.

Los blanquiazules tienen vacaciones desde ayer, cuando celebraron una comida de final de temporada jugadores, técnicos y los trabajadores que rodean al primer equipo. Algunos acudirán mañana a Zubieta y la mayoría el sábado a la boda de Xabi Prieto, pero el día de ayer fue casi el de la despedida de la temporada.

Último entrenamiento en Zubieta

Fue el último entrenamiento con la Real de Tamudo y Rivas, que luego se despidieron de su afición con una rueda de prensa en la que quedó en evidencia la distinta categoría de cada uno. Tamudo, que merecía una despedida mejor en Anoeta que no quiso buscar, asume su salida porque «hace dos semanas me dijeron que tenía muy difícil continuar, días antes del partido de Zaragoza, pero no pensaba en eso, sino en jugar y conseguir el objetivo. Por eso quiero daros las gracias a todos, a la ciudad, a mis compañeros, a los periodista... Seguiré mi camino».

Rivas también dijo que habló con Jokin Aperribay de su futuro y éste le emplazó al término de la temporada: «Está claro que está difícil, pero siempre hay un huequecito, una mínima posibilidad. Tenemos una conversación pendiente y cuando sea veremos qué futuro cogemos. No me han dado razones, sólo en enero o febrero me dijeron que la Real es un club de cantera y que al final de temporada tomarán una decisión conmigo».

Su caso es distinto al de Tamudo porque, como el delantero señaló ayer, «hace dos o tres meses pensaba que seguiría, se iniciaron conversaciones, pero por lo que fuera hubo un cambio de opinión y tuve que seguir trabajando como el que más como profesional que soy para poder irme de vacaciones sabiendo que he hecho todo lo que he podido por la Real».

Negó que el proceso negociador no avanzara porque pedía dos años en lugar de uno y por sus pretensiones económicas, tal como se publicó: «Eso es incierto. Supongo que será cuestión de que piensan en otras cosas u otros jugadores, pero no quiero problemas con nadie. Me hubiera gustado seguir, pero el club piensa en otras cosas y me voy muy feliz. He disfrutado muchísimo. Otras temporadas con 42 puntos te salvabas a falta de tres jornadas. Esta no ha sido así, pero aunque sufriendo, me voy con buen recuerdo y siempre seré un txuri urdin más».

Así se mostraba agradecido «porque ha sido muy importante llegar a un club en el que se confía en mí después de no haber jugado el año entero. Agradezco la oportunidad que me han dado para jugar y meter goles. He podido ayudar a la Real con esos goles y me voy muy satisfecho y muy contento».

De sus goles destacaba «los dos seguidos que marqué a Osasuna y Mallorca, nos dieron mucha tranquilidad». Espera seguir en Primera y se mostró favorable a la continuidad de Martín Lasarte en el banquillo realista: «Espero que siga. Es muy complicado que llegue un entrenador a un equipo nuevo, lo ascienda y lo mantenga. Es muy difícil mantenerse en Primera para un recién ascendido. Tiene mucho mérito lo que ha hecho en la Real y merece seguir».

Rivas, contra Loren

La despedida de Rivas estuvo marcada por su campaña contra Loren. Un periodista le insinuó que el director deportivo «dijo que estaba vendido» y, a pesar de que eso no lo ha dicho ni él ni ha aparecido en ningún medio de información, el manchego aprovechó esa oportunidad para asumir un tono victimista.

«La última semana me lo hicieron pasar mal con esos comentarios. A cualquier profesional, que insinúen cierta falta de profesionalidad lo hiere. Muchas de las sensaciones que pasé en el campo fueron por impotencia. Estar cuatro años aquí y que no se me reconozca mi compromiso y mi implicación con la Real... Me molestó mucho ese comentario, hirió mi orgullo, cuando Martín me cambió y al ver cómo me aclamaba la gente me vino a la cabeza ese comentario que está fuera de lugar en cualquier sentido».

Preguntado por su «desencuentro con Loren», con el que ha mantenido una campaña personal toda la temporada, respondió que «si dijera que no me ha afectado os engañaría, pero he tirado para adelante. No me quedaba otra. Venirme abajo era darle la razón y soy muy cabezota y hasta el último día intentaré no darle la razón, demostrar que sigo teniendo hueco en el proyecto de futuro de la Real».

Porque repetía que «estaría encantado de quedarme. Mi primera opción y mi deseo es continuar en la Real y parece que el de la gente también. La ovación que recibí en el cambio va a ser difícil de olvidar». Así negaba que tenga acordado su futuro con otro equipo: «Mis agentes han preguntado para ver dónde podía tener más o menos opciones, pero sabían que no me iba a comprometer con nadie. La primera opción es la Real y, cuando oficialmente me digan sí o no, avanzaremos más cosas».