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Toti Martínez de Lezea se venga de la Corona a base de veneno

«Veneno para la Corona» (Erein) es la última novela de Toti Martínez de Lezea, quien ha situado una historia de venganza y crímenes en la Nafarroa del siglo XV, coincidiendo con la conmemoración el próximo año del 500 aniversario de la conquista del viejo reino.
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Ane ARRUTI | BILBO

«Si a ti con quince años te violan, te dejan preñada, te dejan coja y con toda la cara acuchillada, te expulsan de casa y vas a parir a una covacha, ahí, en Sos, en el barranco de las brujas, sobrevives y sobrevive tu hija... si luego tienes la oportunidad de vengarte de aquellos que te hicieron eso, ¿lo harías?». Esa es la pregunta que plantea Toti Martínez de Lezea (Gasteiz, 1949) en su trigésimo libro «Veneno para la Corona» (Erein), que cuenta como escenario con la muerte de Carlos, Príncipe de Viana, en la Nafarroa del siglo XV.

Otra de las preguntas que se planteaba la escritora era por qué el rey Fernando de Aragón conquistó Nafarroa para Castilla y no para Aragón. «La respuesta es sencilla, su padre era rey de Aragón. Pero, ¿qué pasa con el hermano mayor? Porque lo había, un hermanastro, hijo del primer matrimonio de su padre, quien debiera de haber heredado la corona. Ese era Carlos, Príncipe de Viana, que fue envenenado por la madre de Fernando, Juana Enríquez, aunque no se haya podido demostrar», dijo.

Con esas dos incógnitas Martínez de Lezea ha creado una novela de crímenes, amistades interesadas y venganza. Jornada Gorria es la protagonista, violada, destrozada y expulsada de su casa a los quince años. Nada se sabe de ella hasta que se cruza con Juana Enríquez, embarazada en Sangüesa, pero que va a dar a luz a Sos para que su hijo pudiera reclamar la Corona de Aragón, «aunque las malas lenguas dicen que parió en el camino. Así que no sabemos», recordó la autora. «Allí es donde estas dos mujeres se encuentran: Jordana, que ya tiene una hija de quince años, y Juana, que tiene a su hijo Fernando. Estarán juntas durante varios años, una por ambición y otra por venganza y llevarán a cabo ciertos asuntos».

Sin remordimientos

El personaje de Jordana es el que más le ha costado pero, a su vez, el que más le ha interesado a la autora gasteiztarra, según confesó ayer. «Es una mujer desamparada y sin familia que, sin embargo, sale adelante. Yo me enamoro de todos mis personajes y me ha costado mucho crear una mujer sin sentimientos, que ha perdido la capacidad de amar después de todo lo que ha sufrido, que quiere a su hija pero que no se lo demuestra, y que no quiere a los demás para nada. Mata sin ningún remordimiento, por venganza. Me daba pena que esta mujer fuera tan insensible, pero tenía que ser así».

Otro de los retos ha sido conocer el veneno y hacer algo original en cada asesinato de la historia, más allá del sorbo de la copa de vino. «El arsenio se utilizó mucho. Lo utilizaron los papas, los borgias, los reyes de todos los reinos, condes y duques, las mujeres que querían quedarse viudas, y las madrastronas. Y si se mezclaba con un poco de plomo y un poco de mercurio ni te cuento. Mi problema era cuánto tiempo se tardaba en morir, para poder seguir con la historia.

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Jordana Gorria, con una hija de quince años fruto de una violación, y Juana Enríquez, madrastra del Príncipe de Viana, estarán juntas «una por ambición y otra por venganza».

VENGANZA FEMENINA

«Me interesaba saber si una mujer era capaz de ser tan vengativa como un hombre, qué motivos le llevarían a ello y cómo lo haría», explicó la autora Toti Martínez de Lezea.

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