El PSE empieza a cambiar su discurso. Tras la debacle electoral sufrida en las elecciones del domingo, el partido de López prefirió mostrar ante los medios una nueva imagen, más cercana al PNV. Un rostro amable que trata de acercar posiciones con los jeltzales. Primero fue Jesús Eguiguren quien habló de la necesidad de un «cambio radical» y después José Antonio Pastor quien abogó por «una reflexión serena» sobre los principales retos vascos, incluida la política de «pacificación».

La mañana comenzó agitada. Durante su intervención en los pasillos de la Cámara de Gasteiz, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, no dudó en solicitar un «cambio radical» en la política llevada a cabo por el Ejecutivo de López.

Ante las cámaras Eguiguren no se mordió la lengua y apostó por un pacto entre PSE y PNV para «dar estabilidad y lógica» a la CAV. Unos propósitos que pasan por impedir que Bildu gobierne, pese a ser la segunda fuerza política en Bizkaia y la primera en Gipuzkoa.

Dicha postura la defendió haciendo una comparativa con el proceso de paz irlandés, algo que rompe la práctica habitual de los partidos políticos españoles que siempre han intentado distanciar las similitudes entre ambos conflictos políticos.

Para Eguiguren, Bildu «debe demostrar ciertas cosas» antes de poder gobernar en Donostia y Gipuzkoa. «En Irlanda hasta que el IRA no se disolvió no se le otorgaron responsabilidades al Sinn Fein», explicó.

Por ello, y por estar viviendo «una situación histórica» hacia la consecución de la paz, el presidente del PSE esgrimió su deseo de «crear un núcleo» en torno al PNV, «sin apartar a nadie, ni siquiera a Bildu». Asimismo, el parlamentario reivindicó el papel de su formación en este terreno, y auguró que el PSE «va a hacer más por el proceso».

Esta declaración de intenciones se produce tras ver los resultados del PSE en las urnas, donde los votantes han «castigado» a López y a los suyos, al pensar, según Eguiguren, que éstos no estaban «haciendo la paz». «La gente nos ha visto en contra de todo», añadió.

Eguiguren recordó los recursos presentados por el Gobierno español para tratar de impedir la presencia electoral de Bildu, lo que en su opinión ha acabado perjudicando la imagen del partido en Euskal Herria. Un proceso judicial que contó con la colaboración de Lakua, que no tuvo reparos en presentar todo tipo de informes policiales en contra de la coalición abertzale.

En sus declaraciones de ayer, el presidente del PSE prefirió apostar por un cambio político que tenga como objetivo alcanzar la paz en Euskal Herria. Afirmó que «algunas cosas que había que hacer no se han hecho», y que, «con la situación que hay en Madrid, será difícil hacerlo». «Hay bastantes cosas claras: este Parlamento se tiene que pronunciar sobre los presos, probablemente también sobre la llamada Comisión de Verificación y sobre otras cosas, pero no voy a dar toda la hoja de ruta», concluyó.

La propuesta de Eguiguren no cuadra con el pacto de gobierno alcanzado entre PSE y PP hace dos años para garantizar la investidura de Patxi López. Pero la muestra más evidente del desacuerdo de posiciones entre el presidente del PSE y el PP se vivió ayer mismo en una de las entradas al hemiciclo. En ella, Eguiguren tuvo que soportar comentarios en tono sarcástico sobre la irrupción de Bildu en Gipuzkoa, proferidos por los par- lamentarios del PP Carmelo Barrio y Carlos Urquijo.

De todos modos, y a diferencia de otras ocasiones, las palabras de Eguiguren no fueron silenciadas de inmediato por parte de la directiva del PSE. Todo lo contrario, tras la aparición de Eguiguren llegó el turno del portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor.

«Política de pacificación»

En su intervención, Pastor no desacreditó las palabras de Eguiguren, e incluso avanzó la necesidad de una «reflexión serena» sobre cuestiones políticas de base y estratégicas.

El portavoz del PSE en el Parlamento de Gasteiz reconoció que el «mapa político» de la CAV ha cambiado con la irrupción de Bildu, y destacó que se debe tener en cuenta esta nueva situación a la hora de afrontar la política, «especialmente la política de pacificación».

El cambio citado por Pastor ha llegado de la mano de los votos de la ciudadanía vasca, que han configurado en las urnas una nueva «situación política».

Sin embargo, la reflexión sobre la presencia de Bildu en el nuevo mapa parece estar destinada únicamente a buscar las fórmulas para apartar a la coalición de los futuros gobiernos.

La política de pactos no se concretará hasta la próxima semana, cuando está previsto que las distintas formaciones comiencen a reunirse para cerrar estrategias de gobierno previas a los plenos de investidura.

En las citadas reuniónes el PSE pedirá explicaciones al PNV, para que éste concrete cuáles son los pactos y los proyectos que los jeltzales pretenden apoyar durante los próximos cuatro años. «El PNV debe aclarar si quiere pactar con quienes queremos avanzar en el desarrollo de Gipuzkoa, o con quienes quieren paralizar todos los proyectos de progreso de que hay en el territorio», señaló José Antonio Pastor.

Se trata de una opinión compartida por el lehendakari, Patxi López, que en un acto de Adegi solicitó el acuerdo de PSE, PNV y PP con el fin de crear «instituciones estables, responsables y leales para la colaboración que necesita el país».

«Ganas de enredar»

Una vez finalizada la intervención de Pastor llegó el turno del portavoz del PP en la Cámara de CAV, Leopoldo Barreda, que criticó las palabras de Eguiguren.

En opinión del parlamentario del PP, el presidente del PSE tiene «ganas de enredar» al apostar por un pacto con el PNV. Para Barreda, ese tipo de acuerdos no dan «ninguna estabilidad» a las instituciones de Hego Euskal Herria.

Barreda explicó que un pacto entre PNV y PSE «es un planteamiento de alguien que parece que está, otra vez, en aquello de buscar acuerdos y fórmulas antiguas, recuperar fórmulas ya superadas y fracasadas».

En lo referente a Bildu y a su contundente victoria en Gipuzkoa, el portavoz del PP trató de nuevo de criminalizar a la coalición a través de la vinculación con Batasuna.