El arriesgado guión de Kyle Killen formaba parte de lo que en Hollywood se denomina Lista Negra y que es a donde van a parar aquellos guiones de calidad que ningún estudio se atreve a producir por considerarlos poco comerciales. Por dicho motivo, el realizador de comedias Jay Roach y su actor Steve Carell lo rechazaron, hasta que la siempre inquieta Jodie Foster pensó que sería una estupenda base para su tercer largometraje como realizadora. El mejor colocado para ser el protagonista de «El castor» era Jim Carrey, que también falló, así que la actriz y cineasta recurrió a su amigo Mel Gibson.

Durante el rodaje podía parecer que el actor australiano le estaba haciendo un favor a su amiga, pero el curso de los acontecimientos iba a indicar lo contrario. Las cintas de la modelo y cantante Oksana Grigorieva demostraban que había sido agredida por su entonces pareja Mel Gibson. Estaba previsto que «El castor» se estrenara antes de las pasadas Navidades, de cara a los Óscar. Hubo que cambiar de planes, ya que la tormentosa vida privada del actor había echado por tierra la posibilidad de hacerse con la estatuilla por su premiable interpretación. Jodie Foster prefirió esperar al Festival de Cannes, para defender allí la película al margen de la crónica de sucesos en la que se veía inmersa su estrella masculina.

Jodie Foster, que siempre ha estado al lado de su amigo Mel Gibson en sus etapas depresivas bajo la influencia del alcohol, le ha brindado al actor la enésima oportunidad de rehabilitarse con «El castor». La película ha sido para él una terapia, porque encarna en la ficción a un depresivo como él.

El medio que encuentra el protagonista de «El castor» para luchar contra la crisis personal y profesional por la que atraviesa es un peluche que encuentra en la basura. El muñeco se convierte en la voz de su conciencia, mediante la cual comenzará a comunicarse con los demás. Mel Gibson actúa como lo haría un ventrílocuo, lo que aconseja ver la imprescindible versión original para comprobar como cambia la voz.

Cuando habla por boca del muñeco utiliza un marcado acento british, con un tono elegante que recuerda a Michael Caine o Ray Winstone. Le secundan la propia Jodie Foster, como la madre, y Anton Yelchin, en el papel del hijo con el que mantiene una relación más tirante. También tiene una reseñable presencia la joven actriz Jennifer Lawrence, revelada por «Winter's Bone», y que es la chica con la que sale el hijo.