Mikel INSAUSTI crítico cinematográfico
El amigo Lars Von Hitler
Ha sido la comidilla en Cannes, desplazando a Almodóvar y a todos los demás, incluido el invisible Malick. Lars Von Trier se ha convertido en el centro de atención mediático, que es lo que siempre suele buscar el cineasta danés. El grado de provocación de sus declaraciones viene siendo proporcional al éxito de sus películas, así que el declive cinematográfico por el que atraviesa le obliga a forzar la máquina del exabrupto más que nunca.
Su fallo ha sido mentar a la bicha en terreno vedado, confirmando que este endiosado cineasta se siente por encima del bien y del mal. La metedura de pata permite ubicarle de una vez por todas donde le corresponde y ahora sabemos que su famoso Dogma le vino de la ascendencia alemana que acaba de reivindicar.
Para considerarse nazi, sin embargo, no hace falta llevar el Von delante del apellido. Basta con simpatizar con el diabólico Hitler y esa es la única razón por la que el judío Gilles Jacob le expulsó de su festival y le declaró «persona non grata».
Lars Von Trier dice no entender la reacción de Monsieur Jacob, demostrando que «Los idiotas» era, en efecto, una película autobiográfica. Que alguien haga el favor de explicarle a este retrasado por qué los judíos no se ríen con los chistes del holocausto.
Si al menos hubiera sido el primero en elegir este tipo de provocación su desfachatez sería excusable, pero es que se le han adelantado otros como John Galliano o Nacho Vigalondo, obligados a rectificar y desdecirse con el eximente del alcohol. El pobre Lars no bebe y sólo con subirse a un avión se marea.
T.O.- «Superbror».
Dirección: Birger Larsen.
Guión: Äke Sandgren.
Intérpretes: Lucas Odin Clorius, Viktor Kruse Paishoj.
País: Dinamarca, 2009.
Duración: 90 minutos.