Tras el 22-M
Elorza se va diciendo que no quiere ser un obstáculo para el PSE
Ana ABARIZKETA | DONOSTIA
Odón Elorza anunció ayer -tal y como predijo un día antes el candidato a alcalde del PNV, Eneko Goia- que no volverá a ser primer edil Donostia. Y añadió un matiz importante al indicar que lo hace porque no quiere ser «un obstáculo para evitar la búsqueda de soluciones que pudieran garantizar una fórmula que permita la gobernabilidad y evite una paralización de Donostia».
El concejal Enrique Ramos añadió que ahora todo depende de las decisiones que tome la Ejecutiva del PSE de Gipuzkoa: «Dependerá de las posibilidades que se abran ahora».
El que ha sido alcalde de Donostia durante veinte años, flanqueado por todos los concejales del partido, aseguró que asumió «plenamente» la decisión de no seguir en el cargo el pasado domingo cuando conoció su «derrota», pero que no la hizo pública porque el PSE le pidió «un silencio prudente y no cerrar puertas».
Por su parte, trasladó su «disposición» a ejercer «el papel de portavoz de PSE en la oposición» en este Consistorio con «espíritu de lucha imaginativo y el firme propósito de defender la ciudad de cualquier retroceso en su desarrollo y en su condición de ciudad plural». «Creo que puedo hacer ese papel», manifestó.
Preocupación con Bildu
Además, mostró su «preocupación» ante la gestión que pueda llevar a cabo Bildu en la ciudad si no se le arrebata la Alcaldía, ya que, a su juicio, podría conllevar «un grave retroceso y una vuelta atrás» para la misma. «Dejamos una magnífica herencia a la ciudad y a la ciudadanía de San Sebastian, y nos gustaría que nadie dilapidara esa herencia que tanto nos ha costado construir». En este sentido, calificó de «suma de errores, desconocimientos, mezcla de populismo y recetas del pasado» el modelo que Bildu ha defendido para Donostia.
Frente a ello invitó a la ciudadanía a estar «vigilantes» y llevar a cabo «una resistencia democrática activa» en favor de proyectos como «la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) a la ciudad».
Respecto a la actitud que ha mantenido en los últimos tiempos con la izquierda abertzale manifestó que «no olviden que en su día defendí la legalización de Sortu, y que en todo momento defendí la concurrencia de Bildu». Elorza admitió que no se arrepiente de ello aunque alguno piense que «soy gilipollas», dado que«eso es lo que había que hacer».
Tampoco se olvidó del PNV y PP, y manifestó que ambos partidos siempre «me han tenido ganas», poniendo como ejemplo los «vetos» expresados hacia su persona. A su parecer, durante estos años ambos han mantenido una posición «inquisitoria y excluyente».
Elorza se despidió de la sala entre aplausos de los suyos y visiblemente emocionado.