Los detalles del proceso, que deberá ser refrendado por los órganos de ambas entidades y que, por el momento, «no está cerrado en absoluto», según las citadas fuentes, se darán a conocer hoy en una rueda de prensa en Gasteiz en la que comparecerán los máximos representantes de las tres entidades implicadas.

A 31 de marzo de este año, Ipar Kutxa, fruto de la fusión de las cajas rurales de Araba y Bizkaia, sumaba unos activos totales de 3.523,47 millones de euros. En el primer trimestre del año, logró un beneficio neto de 3,18 millones, lo que supone un incremento del 0,65 por ciento en relación a la misma fecha del año anterior.

Cuenta con una plantilla de 403 personas y una cartera de más de 168.000 clientes. Su red comercial, centrada en Araba y Bizkaia principalmente, suma 90 delegaciones.

Su director general, Carlos Osés, ya anunció en la asamblea ordinaria del pasado mes de abril que la entidad no podía permanecer «al margen de la realidad del actual proceso de reestructuración y saneamiento del sistema» y explicó que el proceso de SIP (Sistema Institucional de Protección) que se exploró el año pasado con otras entidades había quedado descartado, ya que «a todas luces es un modelo muy limitado y que no apoyará el Banco de España».

«Debido a nuestra fortaleza financiera podemos avanzar sin prisa, pero debemos hacerlo sin pausa, en el camino de seguir sondeando y buscando activamente operaciones de alianzas que permitan mejorar los retos de la caja y del sistema financiero (liquidez, solvencia y eficiencia) y paralelamente permitir el desarrollo del proyecto actual de la Caja compartiendo un reparto del control y la ejecución de la actividad financiera», adelantó entonces Osés.

Bankoa obtuvo en 2010 un beneficio después de impuestos de 7,3 millones de euros, una cifra similar a la alcanzada un año antes. Al finalizar el año sumaba unos activos totales netos de 1.731 millones de euros.

Crédit Agricole se hizo con la mayoría del accionariado de Bankoa en 1997.