Setenta y cinco años del último partido de «bata» con el athletic
Debutó como rojiblanco contra el Real Madrid en 1929 y jugó su último encuentro con el Athletic en 1936, un 31 de mayo, hace hoy 75 años. Agustín Sauto Arana era su nombre, pero los metas rivales, incuido el mítico Zamora, temblaban al escuchar su apodo en la alineación, «Bata».
Joseba VIVANCO
Fue, según los relatores de la historia rojiblanca, el mejor Athletic de todos los tiempos. Fue el que sucedió a los Pichichi y Belauste, el primero de los dos ataques `míticos' que ha tenido el club del `Botxo' en su centenaria historia. Cinco pilares en los que el equipo de San Mamés sustentó nada menos que tres Ligas y cuatro Copas, y que marcó una época dorada en la que se decía que «la final copera la juegan el Athletic y otro».
La veteranía la ponía Lafuente con sus apenas 21 añitos, el cerebro era de Txirri II, la garra de Iraragorri Chato, quemar las bandas se lo dejaban a Gorostiza Bala roja, pero el estilete de aquella delantera que horadaba porterías era Agustín Sauto Arana Bata, el goleador por excelencia que jugó su último partido con el Athletic hoy hace 75 años.
Un año antes de la irrupción de estos cinco mosqueteros, en la temporada 1928-29 se instauraba el Campeonato Nacional de Liga como lo conocemos ahora, con diez equipos en aquel entonces. Estamos en la temporada 1929-30, y el regreso de uno de los mitos del banquillo de los leones, Fred Pentland, Mister Pentland, trae consigo incorporaciones como las de Iraragorri, del Galdakao; Gorostiza, del Arenas; Urquizu, del Real Madrid; y un joven también procedente del equipo fabril, en Segunda División, apodado Bata.
El Athletic pagó por él 4.000 de las antiguas pesetas, más un partido amistoso en el campo de Lasesarre. A cambio fichaba a un rematador con fama de cabeceador.
Los inicios de Agustín Sauto (Barakaldo, 11-5-1908) en el conjunto rojiblanco no fueron sencillos para él, aunque el Athletic se alzara ese año con la Liga y la Copa. Fue titular en la final copera contra los merengues, pero no era un fijo en el once inicial del equipo. Jugaba ya fuera de extremo, interior o delantero centro; lo suyo era ser el comodín de todo el frontal atacante.
Tuvo que aguardar a la siguiente temporada, la del nuevo doblete, en la que los bilbainos ganan gracias al gol average que les dan los 73 goles en 18 partidos de su delantera. En la cuarta jornada, Bata sale como hombre más en punta desde el inicio y perfora la red rival hasta en tres ocasiones. Se había ganado la titularidad. Comenzaba la leyenda de la primera delantera histórica del club, y también la suya propia.
El mejor promediador de goles en un año
De entre los mayores hitos logrados por este jugador está su protagonismo en el irrepetible 12-1 que los de San Mamés le endosaron al Barcelona. Sobre este partido, el ``Mundo Deportivo'' narraba en su crónica: «De él se hablará mucho tiempo». Y así fue. Como del propio Bata, que anotó siete tantos ese día y sigue siendo, junto con el gran Kubala, quien ostenta el récord de goles marcados en un partido en la Liga española.
Pero los logros anotadores que dejó este jugador no terminan ahí. Sólo siete integrantes del Athletic han conseguido sumar más de 25 goles en una campaña; Bata superó esa cifra en seis de las siete temporadas (1930-1936) en que vistió de rojiblanco, siendo su mejor registro de 37 goles, que le valió la conquista de su único Pichichi.
Además, es el segundo máximo artillero del equipo, con 216 goles en 209 partidos oficiales, por detrás de Zarra. Hoy, que tanto se ha hablado y escrito sobre los goles y promedios anotadores de Cristiano Ronaldo o del propio Telmo, es obligado dar al César lo que es suyo: Agustín Sauto Arana Bata ostenta el privilegio de ser el futbolista con mejor promedio goleador en la historia de la Liga entre todos aquellos que han marcado diez goles o más. El legendario delantero logró un tanto cada 56 minutos en la 30-31, en la que acabó el campeonato con 27 dianas en 17 partidos. Fue el punta por antonomasia del Athletic, quizá por su innata habilidad, como él solía decir, «de saber colocar la pelota donde no estaba el portero».
El chaval que vestía siempre una bata
Su apodo, Bata, como todos le conocían, le venía de chaval, ya que no se quitaba nunca la blusa que le había confeccionado su madre para que no se manchara la ropa. Pero su determinación ante las metas rivales hizo que fuera también campeón en sobrenombres. Aquel espectacular para él 1931, la prensa le llegó a rebautizar con apelativos como los de `El Bertha bilbaino', `El terror de San Mamés' y hasta `El león enfurecido'.
Llegó a ser internacional con España en una ocasión, en un partido que acabó con empate a cero contra Italia, disputado, precisamente, en Bilbo el 19 de abril de 1931.
El fin de la época más gloriosa del club bilbaino no llegó por ninguna decadencia, sino provocado por la Guerra Civil. La temporada 1935-36 fue su última como futbolista en Primera División, ya que al año siguiente se suspendió la Liga. Su adiós fue en la Catedral, un 31 de mayo de 1936, en cuartos coperos, frente al Real Madrid de Zamora, Ciriaco y Quincoces. Su último gol, una semana antes en Chamartín, ante los blancos.
Finalizada la contienda bélica, Agustín volvió a calzarse las botas en 1939, pero esta vez en el Barakaldo del que salió una década antes, haciéndolo hasta 1943. El 21 de agosto de 1986 fallecía en el municipio vizcaino de Trapaga el jugador que había nacido para ser delantero del Athletic.