Luxat perderá 36 empleos tras ser adquirida por dos empresas de París
Finalmente el Tribunal de Baiona ha aceptado el proyecto de dos empresarios parisinos que se convierten en los nuevos propietarios de Luxat y Paregabia. Se perderán 36 empleos y también el savoir-faire del calzado de alta gama ya que, en adelante, va a cambiar la producción.
Arantxa MANTEROLA |
El Tribunal de Baiona dio ayer el visto bueno a la oferta de compra de la empresa Luxat realizada por los empresarios parisinos Tolomei y Royer.
La oferta afectaba a las dos empresas del grupo -Luxat y Paregabia- y el tribunal la aceptó «por ser la propuesta que más empleos salvaguardaba».
En total, los nuevos empresarios se han comprometido a mantener 70 de los 106 empleos actuales, lo que significa que se perderán 36 puestos de trabajo (24 de Luxat y 12 de Paregabia). El tribunal declaró, asimismo, la liquidación administrativa de Luxat, lo que acarreará que las indemnizaciones a los trabajadores despedidos serán cubiertas por fondos públicos (AGS).
Los nuevos propietarios darán a conocer hoy mismo a los trabajadores la lista de los despedidos, entre los que algunos partirán a la jubilación o a la prejubilación.
Marca líder
Luxat se instaló en Beskoitze en 2008, tras comprar una parte de Pare Gabia, que fabricaba alpargatas de alta gama. Se dedicaba a la confección de calzado de gran confort y era una marca líder en todo el estado.
En diciembre pasado se declaraba en quiebra y, desde entonces, se encontraba bajo administración judicial. Los trabajadores han venido movilizándose en los últimos meses.
Una de las protestas más importantes se produjo en marzo pasado, en plena campaña de las elecciones cantonales, cuando más de 300 personas se manifestaron en Hazparne contra el riesgo de cierre de la empresa.
Además de la pérdida de empleos, habrá un cambio importante en lo que respecta a la producción. En adelante ya no se fabricará calzado, ya que el proyecto empresarial de los nuevos propietarios, aunque también tiene que ver con el cuero, está orientado a la fabricación de bolsos y otros artículos.
Este hecho también ha sido denunciado por el sindicato LAB -el único sindicato junto a CFDT presente en la empresa- que, tras subrayar «la precariedad» en la que quedan los que seguirán trabajando, apunta a la «pérdida de todo un savoir-faire en materia de fabricación de calzado» y, en consecuencia, a la «destrucción de un tejido industrial tan específico de Euskal Herria».
El último proyecto empresarial existente en la legendaria Fonderies de Mousserolles de Baiona cerrará definitivamente sus puertas. LF-Tech, que sucedió en 2005 a la ex-Safam, se dedicaba a la fabricación de piezas para automoción.
La empresa llevaba ya dos años bajo administración judicial y, finalmente, el Tribunal de Comercio decidió ayer su liquidación.
El cierre de la empresa era, por lo tanto, algo esperado y se ha producido prácticamente sin gran reacción por parte de los 23 trabajadores en nómina en este último periodo.
LF-Tech era una de las últimas empresas metalúrgicas de Ipar Euskal Herria y ocupaba parte de las instalaciones de la antigua Fundición de Mousserolles, creada en el siglo XIX y que llegó a contar con más de 1.000 empleos.
Una parte de su producción fue retomada por la sociedad Safam que también conoció múltiples vicisitudes. Su director llegó a comprarla en 2002 por un precio simbólico de un euro pero no pudo mantener los 110 puestos y cerró la producción en enero de 2005. Las tres hectáreas de terreno son propiedad de la Mancomunidad CABAB desde que los adquiriera hace un año. A.M.
En el conflicto de Luxat se denunciaron las «escasas garantías» con las que se conceden ayudas públicas. Luxat se había beneficiado de ellas cuado se instaló en 2008, pero no ha mantenido los empleos aunque se comprometió a ello.
