Dejen de meter miedo; este país es adulto, camina con sus pies y, sobre todo, con sus ideas
El consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, se sumó ayer al coro de los que azuzan el fantasma de Bildu con el objeto de meter miedo, tratar con infantilismo a la ciudadanía del país y desacreditar el inapelable veredicto popular de las pasadas elecciones. Ningún ápice de autocrítica, ninguna lección que aprender, nada parece haber cambiado en unos políticos ensimismados que van a piñón fijo y pretenden que el resto se trague sus ruedas de molino. Ayer dijo que Bildu es «partidaria de paralizar Gipuzkoa», se atrevió a reclamar a los empresarios guipuzcoanos que salgan del armario y exterioricen sus «preocupaciones» y exigió al PNV que se aparte de las políticas de «frentes», como si el pacto PSE-PP no lo fuera.
Ares, el lehendakari López y su «cambio» virtual han caído como un castillo de naipes. Sus cargos, aunque «legales», han quedado deslegitimados y sin credibilidad. Y en política, una vez que se pierden es muy difícil recuperarlas. Deben dejar a un lado la estrategia del chipirón, echar tinta hablando de Zapatero y el congreso del PSOE para esconder la miseria de su fracaso. Y mirar a los ojos y comprometerse con un país adulto, que camina con sus pies y, sobre todo, con sus ideas.