La resaca electoral está durando más de lo que suele ser habitual. Y para muestra vale el botón de «El Mundo», que este domingo nos presentaba hasta cinco reportajes y una entrevista a doble página referidos a Bildu. Ya saben que Pedro J. Ramírez es hombre de tercas obsesiones.

En el suplemento «Crónica» subtitulaban «Regina Otaola anuncia que se va de Euskadi tras la riada de Bildu. En el pueblo la llaman `la cerda española'». ¡Bien empezamos!

Según el autor del bodrio, Gonzalo Suárez, a partir del próximo día 11 «este enclave del PP en territorio comanche se convertirá en patrimonio exclusivo de los independentistas de Bildu. Ya nadie podrá garantizar que la bandera española disfrute de su privilegiada ubicación en la fachada del edificio municipal». Tampoco estará la del Congo y a nadie le llamará la atención.

Ya saben que lo de la libertad de elección no es del gusto de la derecha española, heredera de la «democracia orgánica» de Isabel y Fernando. Será por eso que escriben cosas como la que sigue: «Dentro de un par de semanas, los siete concejales del PP deberán ceder sus asientos a otros tantos de Bildu. Gracias a este bingo electoral, la izquierda abertzale gestionará el pueblo sin una voz discordante a su credo independentista. Y, de paso, finiquitará la aventura política de Regina Otaola, la mujer que se atrevió a desafiarles en su patio trasero». Será porque no han obtenido ni un solo concejal, ¿no les parece?

Además de las andanzas de Regina Otaola, el cronista de «El Mundo» narra otras situaciones que le parecen insólitas. Lo presentan así: «En 11 localidades del País Vasco y Navarra, Bildu ha hecho pleno logrando todas las concejalías. El periodista recorre el imperio abertzale tras el 22-M». No se lo pierdan.

Nos habla, por ejemplo, de Goizueta donde, asegura, «los colegios sólo ofrecieron la papeleta de Bildu». Seguro que es mentira. Ni siquiera se atreve a decir que estuvo allí...

Luego empieza a reconocer, poco a poco, la cruda realidad: «En Orexa los populares sufrieron un varapalo tremendo: cero votos (...) algo similar ocurrió en la vecina Eludain, donde los abertzales obtuvieron 99 votos, por ninguno del PP y en Altzo sólo cosecharon dos». Será que no les quieren. Por algo será.