Los talibanes atacan la sede de la OTAN en la otrora pacífica ciudad de Helmand
Horas después de que los aliados pidieran perdón por un bombardeo mortífero contra civiles, los talibanes asaltaron una sede de la OTAN en Herat. No hay objetivo que quede fuera del alcance de la resistencia, ni siquiera el comandante en jefe alemán en Afganistán.
GARA |
Un comando talibán atacó una sede de la OTAN a manos del Ejército italiano en la ciudad de Herat dejando un saldo provisional de al menos cuatro muertos y 22 heridos.
Tras varias horas de enfrentamientos, el ataque cesó hacia las 14:30 de la tarde en la sede del Equipo Provincial de Reconstrucción (EPR) de la segunda ciudad del país y capital del oeste de Afganistán, pero una nube de humo salía de sus instalaciones, cuya entrada fue completamente destrozada por una enorme explosión.
Fuentes oficiales aseguraron que el boquete fue provocado por una moto-bomba, que hizo inservibles las medidas de seguridad del complejo, que incluían altos muros de hormigón. Un número indeterminado de combatientes talibán lograron penetrar en la sede aliada.
Este ataque tiene lugar horas después de que la OTAN pidiera «perdón» por las víctimas civiles de un bombardeo aliado que ha puesto al presidente títere, Hamid Karzai, al borde de los caballos y de un ataque de nervios. Karzai aseguró que la suya era «la última advertencia» a la OTAN para que preserve la vida de los civiles. No explicitó cómo va a lograr que le hagan caso.
La OTAN cuenta con 28 EPR por todo el país pero el ataque en Herat tiene alto valor simbólico. No en vano, es una de las siete zonas en las que las fuerzas extranjeras tienen previsto delegar en verano «la plena responsabilidad de la seguridad» a las fuerzas nativas.
Horas antes, una agencia local informó de la muerte el domingo de cuatro soldados de la OTAN en una emboscada en el distrito central de Saidabad.
Bomba activada a distancia
Ayer se supo que la bomba que mató el sábado al ex ministro y lugarteniente del general Massud, Mohamed Daud Daud, y que hirió gravemente al máximo responsable militar alemán en Afganistán fue activada por control remoto.
La bomba estalló en plena reunión en el interior de un edificio gubernamental en Tajar, norte del país, y dejó seis muertos, nativos o extranjeros.
Un afgano con uniforme del Ejército colaboracionista mató ayer a un soldado del contingente extranjero en el sur del país. Cada vez son más frecuentes este tipo de incidentes.