La cocinera Elena Arzak expresó ayer su emoción tras ser distinguida con el Premio Nacional de Gastronomía 2010 al mejor jefe de cocina ya que, según comentó, se trata de un galardón «totalmente inesperado» que tiene un «simbolismo especial» ya que también recayó en su padre en 1974.

«Tengo que decir a mis padres que les estoy eternamente agradecida por todo lo que han hecho y apostado por mí», dijo a la agencia Efe una «sorprendida, encantada y emocionada» Elena Arzak tras conocer que había sido distinguida con este premio ex aequo con Pepe Rodríguez Rey del restaurante El Bohío, ubicado en Illescas (Toledo).

Elena Arzak, hija del conocido cocinero Juan Mari Arzak, desarrolla su labor en el restaurante familiar de Donostia. En el Arzak, que cuenta con tres estrellas Michelín, lleva ya diez años trabajando con sus padres y, precisamente a ellos quiso recordar en estos momentos en los que toda su familia «está todavía más contenta» que ella.

La galardonada valoró especialmente este premio ya que, según dijo, es consciente de que dentro de su profesión «mucha gente lo hace muy bien» y agradeció a todos sus compañeros el hecho de que siempre se haya sentido apoyada.

También comentó que este premio recayó en su padre en 1974, año en que la Real Academia Española de Gastronomía y la Cofradía de la Buena mesa concedió por primera vez estos premios, y, posteriormente, en otros cocineros a los que ella «admira mucho».

Elena Arzak tuvo además palabras de elogio para Pepe Rodríguez Rey, con quien comparte el premio, y destacó «su calidad», y afirmó que le «gusta mucho lo que hace».

Por su parte, el galardón al mejor jefe de sala fue este año para José Ramón Calvo, del restaurante Mugaritz de Errenteria, del cocinero Andoni Luis Aduriz, de dos estrellas Michelín.