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El Gobierno español legislará sobre la base alcanzada por CEOE, CCOO y UGT

Tras la ruptura el jueves de las negociaciones que durante cuatro meses mantuvieron la patronal española y los sindicatos CCOO y UGT, el Ejecutivo de Zapatero aseguró ayer que legislará sobre la «base» del consenso que ambas partes habían alcanzado antes de las elecciones del 22 de mayo. Entretanto, la CEOE y los sindicatos volvieron a acusarse ayer de ser los responsables del fracaso de las negociaciones.

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GARA | MADRID

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el vicepresidente primero del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, reiteró que, ante la falta de pacto, el Ejecutivo aprobará su reforma de la negociación colectiva en el Consejo de Ministros del próximo viernes día 10.

Rubalcaba indicó que el Gobierno está a «quince minutos» de hacer la ley, en referencia a que fue el secretario general de CCOO quien dijo que el lunes estuvieron a «un cuarto de hora» de firmar un acuerdo, que no fue posible por la última propuesta de máximos de la CEOE. Todo lo consensuado antes de esos «quince minutos» será la base que utilizará el Ejecutivo para aprobar su norma, según precisó Rubalcaba.

Las bases ya las estudió ayer el Consejo de Ministros y, en líneas generales, persigue el mantenimiento del «necesario equilibrio» entre las necesidades de las empresas y los derechos de los trabajadores.

De acuerdo con el Ministerio, entre los elementos «más novedosos» se encuentra el potenciar las medidas de flexibilidad interna, así como una mayor capacidad de adaptación de las condiciones de trabajo a las circunstancias específicas de la empresa.

Además, pretende superar las «disfuncionalidades» reconocidas por los propios agentes sociales, tales como la atomización, la falta de orden y de dinamismo, o la falta de flexibilidad y agilidad.

Así, se contempla que el convenio sectorial ordene toda la estructura de la negociación, a la par que se amplían las materias que puedan ser negociadas en el ámbito de las empresas.

En materia de vigencia de convenios (la llamada ultraactividad), se apuesta por que cuando éstos expiren se resuelvan los bloqueos que aparezcan en la negociación mediante la mediación o el arbitraje.

«Buena música, falta la letra»

El día después de la ruptura, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, y los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, comparecieron en distintos medios y actos, así como el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Arturo Fernández, al que se le acusa de haber presionado para que no fuera posible el acuerdo.

Al respecto, Fernández explicó que si la negociación colectiva se ha roto es porque «había buena música, pero faltaba la letra», y «esos flecos al final rompieron las negociaciones».

Rosell, por su parte, rechazó que los empresarios no hayan querido pactar con los sindicatos por las presiones del PP.

Según el presidente de la CEOE, los empresarios saben «muy poco de política» y sí de los problemas de las empresas, de proveedores, de materias primas y de legislación.

Desde CCOO, Toxo destacó que él no asume «ni un grado de responsabilidad» en el fracaso de la negociación, algo que, en su opinión, se ha debido a las decisiones de última hora adoptadas por la CEOE para limitar la ultraactividad (la renovación automática de los convenios expirados) o para dejar a los directivos fuera de los convenios y que negocien sus condiciones sólo con el empresario.

Toxo considera que toda la responsabilidad recae en Rosell, del que dijo que no puede «escudarse ni en músicos ni en toreros», en referencia a sus declaraciones de que la música había sido buena durante la negociación, pero había fallado la letra.

Entretanto, Méndez puso el acento en que para los ciudadanos ha supuesto una decepción el que no se haya cerrado un acuerdo, mientras el presidente del PP, Mariano Rajoy, responsabilizaba de la ruptura al Ejecutivo, porque, dijo, «los gobiernos están para algo».

LAB observa una nueva agresión al ámbito vasco de decisión

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, afirmó ayer que la reforma de la negociación colectiva busca «borrar del mapa» a una realidad sindical «molesta» y mayoritaria en Euskal Herria y constituye «una nueva agresión» al ámbito de decisión vasco, que calificó de «instrumento imprescindible para los trabajadores».

En una entrevista a Info7, Etxaide denunció que «cosas que afectan a los trabajadores vascos y a la realidad socieconómica de Euskal Herria, se siguen decidiendo en Madrid, al margen de lo que aquí se quiera decir».

Por otra parte, indicó que la patronal «no pierde nada» con la ruptura de la mesa de la negociación colectiva, porque «sabe que el Gobierno va a legislar a su favor todas y cada de sus peticiones y exigencias».

En su opinión, esta reforma va a dar «más instrumentos a los empresarios para modificar a la baja de forma unilateral las condiciones de trabajo, salariales y de flexibilidad, por lo tanto de contratación».

ELA coincidió en esta apreciación al señalar que la patronal «sabe desde el principio que sus posiciones salen ganadoras», bien porque CCOO y UGT las aceptan o bien porque el Gobierno «las lleva a ley».

Para ELA, la reforma se hace «para bajar salarios y obtener más producción con menos personas trabajando -vía flexibilidad y aumentos de jornada- y, como consecuencia, supondrá menos empleo y más beneficios empresariales».

Por ello, pidió poner coto «a la codicia de quienes han decidido sacar provecho de una clase política completamente subordinada». GARA

PRESIONES DEL PP

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, rechazó que los empresarios no hayan querido alcanzar un acuerdo con los sindicatos por las presiones que el PP habría ejercido a través del presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández.

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