Ayer por la madrugada se apagó silenciosamente Jose Cruz Gorostiza Moros, Otxandio para los lectores de «Egin» y GARA. Ordenado sacerdote a los 25 años, ejerció su tarea pastoral en las parroquias de Ugao, Turtzios, y posteriormente en la de la Inmaculada y Cristo Rey de Bilbo. Tras secularizarse, estudió sicología en Madrid, y se casó en 1976 con Carmen Lago, con la que tuvo un hijo, Jon.

Según explicó a GARA su amigo y periodista Juan Mari Arregi, en los últimos tres años sufrió diversas intervenciones quirúrgicas que, últimamente, limitaron su actividad, como por ejemplo la de escribir sus críticas musicales para este diario.

Otxandio siempre fue un forofo de la música. Ya desde el seminario trabajó esa faceta llegando a ser director de los cantos en la capilla del seminario, así como miembro de su Schola Cantorum. Cuando ejerció de sacerdote en distintas parroquias, se preocupó también de la música, creando distintos coros que luego dirigió. Fue con «Egin» cuando se inició en el campo de la crítica musical, cubriendo tanto la música clásica, coral y orquestal como las óperas.

Sus restos permanecen en el Tanatorio de la Calle Zumalakarregi nº 2 de Bilbo, y los actos fúnebres se celebrarán el martes en la Iglesia de los Franciscanos de Iralabarri a las 20.15 horas.

Arregi escribió un texto de despedida que finaliza así: «No me acuerdo en estos momentos cuál era su obra musical preferida. La que sea, ¡qué suene ahora y para siempre, y que donde se encuentre la siga escuchando y tarareando !Agur, Josetxu! ¡Agur, Otxandio!