Maite SOROA | msoroa@gara.net
Ocultan su rabia con chanzas sin gracia
Cuando a algunos no les salen las cosas como quisieran, se enrabietan como los niños caprichosos y empiezan a hacer pucheritos y a decir melonadas.
Ayer, en «El País», Eduardo Uriarte se presentaba con aire de graciosillo: «La cosa está tan enrevesada que, según la encuesta del Gobierno vasco, ya hay más de cien mil personas que se arrepienten de lo que han votado en las últimas elecciones (...) En resumen, el PNV sale de todos estos años, y sigue, como la fuerza necesaria, y Bildu tanto o más, porque nos trae la paz. No se de qué se arrepiente la gente». Si tenemos en cuenta que las encuestas previas del Gobierno de Ares (en el que también dicen que está López y en el que manda, de verdad, Basagoiti) no dieron una, no sé por qué hay que creerles ahora.
Y de ahí, a la chanza: «hay mucho de encantador en la nueva situación, situación `de cambio' la califican en toda ocasión los de Bildu. Resulta simpático este personaje, Juan Carlos, que gana las lecciones en Donostia, la capital más cosmopolita de las vascas, reclamando la separación de su aldea, mandándole a hacer gárgaras al Rey, rechazando el TAV y quejándose de toda la cultura capitalina porque tiene poco euskera. Díganme la verdad: qué mal lo ha tenido que hacer el resto de los partidos como para haber desenterrado a la aldeanería carlista en pleno siglo XXI». Tal vez sea que la ciudadanía ha optado. La democracia debe ser algo parecido a eso, aunque a Uriarte le suene a música celestial.
Como la chanza le queda corta y no sonríe ni él mismo, Uriarte (alias `Teo' cuando era de ETA) intenta otra pirueta dialéctica: «Santa Cruz, que fusiló más ferroviarios que liberales, pues odiaba el progreso representado por el tren, entra a regir Donostia. Y de lo que se preocupan nuestros gestores es de todas las obras de infraestructura que pueden quedar pendientes, cuando lo que nos traen es otra política, la del pasado, bautizada de cambio desde el primer tercio del siglo pasado, con nueva etapa histórica y hasta nuevo hombre. ¿Qué habéis hecho para que me encuentre tan a gusto tomando el té con Juan Carlos?». No estoy muy segura de que Juan Karlos quiera tomar té con Uriarte. ¿Qué les parece?