Lo que estamos consiguiendo es algo increíble», anunciaba Fotis Katsikaris tras la eliminación en cuartos de final del Valencia Basket. «Estamos logrando que en Bilbo, en toda Bizkaia, además del Athletic, que es una religión, la gente hable de baloncesto en la calle», subrayaba.

Quizá sean días de renacimiento o días de vino y rosas, pero lo que sí es cierto que la andadura del Bizkaia Bilbao Basket parece la de un cohete a punto de abandonar la atmósfera terrestre: una carrera enloquecida para recuperar el tiempo perdido. Obviamente, los focos están ahora en elementos como «los hombres de negro», o el más reciente -e igual de exitoso- «efecto Miribilla». Se habla de baloncesto porque se ha creado una ilusión, fruto de un trabajo sostenido y que ha llevado a Bizkaia Bilbao Basket a tocar las puertas del cielo, llegando a la final de la Liga ACB.

Lejos quedaban ya las experiencias del Águilas, allá por la década de los 60, y el KAS, un proyecto que se vino desde Gasteiz y se mantuvo en la élite hasta 1974. En 1983 de la mano de José Antonio Figueroa, el Cajabilbao ingresa en la recientemente creada Liga ACB, y en la campaña 1987/88, con los inolvidables Davalillo, Lockhart y Kopicki en sus filas, los de Figueroa acaban la liga en novena plaza.

Un preludio de una muerte que se irá gestando de a poco, hasta que un irónico play off de descenso ante el Oximesa Granada -irónico porque fue la primera con formato 2-2-1 que vio un 2-3 final tras un arranque de 2-0-, decidido por un quinto dramático partido en La Casilla, donde los entrenados por Manu Moreno caerían por 85-88, a pesar de los 41 puntos de Mark Simpson y los 21 puntos y 16 rebotes de Kevin Holmes. Era un 8 de mayo de 1991.

Llegaría una travesía por el desierto amarga, con el frustrado ascenso a la ACB -no se cumplieron los requisitos económicos- de la mano de un jovencísimo Txus Vidorreta en 1994, que terminaría en la definitiva desaparición del club. En 1995, se creó el Patronato Bilbao, una experiencia que sólo duró tres temporadas.

Bilbao Basket Berri vio la luz el 7 de marzo de 2000 entrando en la recientemente creada LEB-2. El dúo compuesto por Pedro Zorrozúa, y Txutxo Sanz, primer entrenador de la historia del club, se clasificó en decimotercera posición, tras un bagaje de 10 victorias y 20 derrotas. Los primeros jugadores que vestirían la camiseta rojilla serían éstos: Iñigo Varona, Xabier Madina, Josu González, Sergio Rodríguez, Iñigo Goñi, Javier Etxarte, David Fernández, Patrick Saenz de Ugarte -primer gran capitán y actual miembro de la directiva-, Tzortze Antoniadis, Damian Grant, Félix Herráiz, Ronnie Davis, Harry Reaves, Morris Grooms y Romám Gayet.

Pero los objetivos no eran de subsistencia. Así, Jon Arrinda, presidente a la sazón de este nuevo club y ahora presidente de honor, amén de ser el presidente de la Fundación Bilbao Basket, declaraba que «tendremos espectáculo y resultados con una plantilla que tiene una fe absoluta en sus posibilidades, para aspirar a que Bilbo y Bizkaia vuelvan a tener un equipo en la élite».

Creciendo de la mano de Txus Vidorreta

Una élite que se acercaría a partir de la temporada 2001/02, con el advenimiento de dos hombres: Txus Vidorreta y Javi Salgado. Bilbainos los dos, llegaban del «exilio» tras sendas primeras etapas en casa: La Palma y León, respectivamente. De su mano, Bilbao Berri ascendía a la LEB-1 y se convertía en la revelación de la siguiente campaña, la 2002/03, donde acabaría en cuarta plaza y lucharía por el ascenso, perdiendo ante León en otra eliminatoria dilucidada en el desempate y en La Casilla, después de que los de Vidorreta se hubieran adelantado 74-80. En esa plantilla, nombres conocidos como Juan Pedro Cazorla, Rubén Quintana -un accidente de tráfico truncaría la carrera del escolta canario-, Txemi Urtasun y un fugaz Fran Vázquez -cedidos por Unicaja- y, cedido por el Baskonia, un imberbe Tiago Splitter.

Los bilbainos se tomarían cumplida venganza un año después, tras superar al Ciudad de Huelva al desempate. El 21 de mayo de 2004, Bilbo tenía otra vez un equipo en la ACB, tras imponerse en León por 55-71.

El 3 de octubre de 2004 Lagun Aro Bilbao Basket, después de sufrir hasta el último día para presentar la debida documentación pertinente, debutaba en la ACB. Derbi en La Casilla, ante el Tau Baskonia de Ivanovic, Scola, Macijauskas... y Splitter. 57-104 para los gasteiztarras. ¡Bienvenidos a la ACB! Una semana después, los de Vidorreta superaban en Badalona al Joventut de Aíto García Reneses, Paco Vázquez, Marcelinho Huertas, Mumbrú y un niño descarado de nombre Rudy Fernández. Hombres como Weis, Gabriel o Savovic, presidente de Bilbao Basket en el futuro, eran la savia nueva de un club pensado para mantenerse. Y para crecer.

Hubo que pelear duro aquel año. Y al siguiente, cuando la salvación se aseguró en un último partido de infarto ante un Pamesa Valencia -tras derrotar al Tau Baskonia en el BEC, en un partido donde se congregaron 13.000 personas, y 15.414 un año después-. En la campaña 2006/07, los bilbainos ya rozaron los play offs, cayendo precisamente ante el Pamesa en La Casilla. Gente como Recker, Rancik, Banic o Azofra contribuyeron a la consolidación de aquel proyecto.

Aquí están, los hombres de negro

La entrada de Iurbentia como patrocinador trajo no sólo el cambio de color, sino un ascenso de la capacidad económica y el primer gran salto de los bilbainos dentro de la ACB. Marcelinho Huertas fue el mejor base de la campaña 2007/08, y guiaba a los «hombres de negro» a la final de Supercopa, las semifinales de Copa y los play offs por el título.

Los play offs volverían a llamar a la puerta en el 2008/09, donde el Tau apearía a los bilbainos, pero este ejercicio trajo ante todo el estreno en la Eurocup. Un estreno con Blums y Seibutis -y el adiós de Weis-, que frenaría el Khimki. La temporada 2009/10 es la de la depresión. Iurbentia se va, «exilio dorado» al BEC, los fichajes -Moiso, Javi Rodríguez, Warren y el propio Mumbrú...- salen rana y en enero de 2010, en puestos de descenso, Vidorreta es cesado. En su lugar, llega Fotis Katsikaris. De su mano, no se compite en la Copa de Barakaldo, y la afición llora en la Final Four de la Eurocup de Gasteiz. Además, se quedan sin play offs.

Cambio de año, de presidente -adiós a Davalillo- de pabellón pero aún sin patrocinador -alarmas al respecto-. Pero con baloncesto. Jackson viene con el turbo puesto y hace olvidar a Salgado. Sonseca y Mavroeidis son irregulares, pero menos que Moiso, y Mumbrú y Hervelle al fin cuajan, como Vasileiadis. No hay Eurocup, pero en la Copa se le da un susto al Baskonia. Ya en los play offs... «el bebé está creciendo», Katsikaris dixit. Y el año que viene, a la Euroliga.