Las cajas vascas admiten que habrá despidos con la conversión en banco
La segunda reunión entre los responsables de las cajas vascas y los representantes sindicales en la sede de Caja Vital no sirvió para aclarar las principales dudas sobre el proceso de conversión en un banco, ni se desvelaron la razones reales de llevar adelante esa operación, que pone fin al modelo social de financiación. Admitieron la existencia de un excedente de plantilla y que «no utilizarán medidas traumáticas, en la medida de lo posible», como pasó con Caja Sur.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Los responsables de las cajas vascas (Vital, Kutxa y BBK) reconocieron que la conversión en un banco, al que se traspasará el negocio financiero, la cartera de participaciones industriales y BBK Bank Caja Sur, llevará aparejado un ajuste de plantilla que se espera realizar «sin medidas traumáticas».
Los representantes de las cajas añadieron que no habrá despidos «en la medida de lo posible» y confirmaron que existe un documento donde se fija ese exceso de personal, pero se negaron a dar detalles del mismo , según revelaron LAB y ELA. LAB señaló ante ese silencio que «la alarma entre el personal es máxima» y que «vamos a luchar hasta el final para que no se produzca la conversión en un banco, porque generará más perjuicio a la sociedad vasca».
Ese argumento del «ajuste» es el mismo que sirvió a BBK para llevar adelante los despidos en Caja Sur este mismo año, dado que se redujo la plantilla en 670 personas, de las que más de 140 fueron «despidos forzosos». Incluso hubo un suicidio de uno de los despedidos el pasado mes de marzo.
«Sin respuestas»
Los representantes de las cajas, por otro lado, se negaron a responder por las razones que hay para crear un banco. «Ante un tema de tanta trascendencia para la plantilla como para la sociedad vasca, se niegan a informar con claridad y no nos dan respuestas», lamentaron desde LAB, mientras que ELA criticó que quede «en el aire» la explicación de los motivos y razones que «se supone tienen para la bancarización y el futuro de la misma, como las sedes operativas, el sistema informático y el excedente de personal». En este aspecto, también los representantes de Aspen lamentaron esa falta de información.
ELA y LAB se pronunciaron en contra de la bancarización de las cajas vascas porque, entre otras cuestiones, desaparecerá el modelo social de las entidades financieras, muy arraigado en Hego Euskal Herria.
Dentro de una semana, como avanzó en Santander el presidente de BBK, Mario Fernández, los tres consejos de administración aprobarán la creación del banco, sobre el que BBK tendrá un control extraordinario, dejando a un lado la obra social de las tres entidades. En la primera quincena de setiembre se celebrarán las asambleas generales. Será en esos órganos donde se adoptará o no la decisión de crear ese banco.
Otro elemento de preocupación que surgió tras la reunión de ayer, sobre todo en las filas de ELA y LAB, es que la nueva entidad bancaria se regirá en sus condiciones laborales y salariales por el convenio de ámbito estatal, porque rechaza de forma directa el Marco Vasco de Relaciones Laborales que ambas centrales exigieron «como la mayoría de los empleados de las cajas vascas quiere». En este sentido, los representantes de las cajas, que ya cuentan con una ficha bancaria otorgada por el Banco de España, establecieron que el convenio de la nueva entidad se tendría que cerrar antes de diciembre de 2013, aunque CCOO adelantó en un año esa fecha para firmarlo.
Ekai Center, centro de investigación cuya finalidad es impulsar la investigación y la difusión del conocimiento en relación con las políticas públicas, tacha de «preocupante» la falta de debate sobre la bancarización de las cajas y cree que «debe revisarse». También muestra su «sorpresa» por que «el anterior proyecto de fusión de cajas se transforme en una propuesta de bancarización, sin que hasta ahora se haya transmitido los argumentos financieros, económicos, sociales, o de cualquier otro tipo, que la soportan».
Este centro ligado al Grupo Mondragón critica la falta de «un documento justificativo público», y cree que debe conllevar «un debate social sobre una medida que va a transformar radicalmente el tejido social de este país». Advierte, además, que «la verdadera obra social de las cajas no es esa parte de los resultados que destinan a tal concepto, sino el enraizamiento en el tejido social del entorno de una parte sustancial del sector financiero».
Este centro de investigación vasco tampoco encuentra una explicación sobre la solvencia de las cajas. «Intentar embarcarse en la ola reestructuradora de las cajas del Estado español para abordar una operación de desmontaje de una parte esencial del tejido social de nuestro país sería un subterfugio difícil de justificar y extraño a la tradicional transparencia de nuestras políticas públicas». Asegura que, «por experiencia», las entidades bancarias creadas en este país «han pasado a depender de grandes grupos financieros» y con el tiempo «alejan sus centros de decisión». J. BASTERRA
