EL PROCESO VASCO, EN LA AGENDA INTERNACIONAL
Madrid bloquea el apoyo del Parlamento flamenco al proceso
Presiones diplomáticas españolas forzaron la retirada de una moción de apoyo al proceso en Euskal Herria. Había sido acordada previamente por los grupos del Parlamento de Flandes y debía ser ratificada ayer en el Pleno.
Martxelo DÍAZ | BRUSELAS
Presiones españolas obligaron a retirar una moción de apoyo al proceso abierto en Euskal Herria y a la resolución del conflicto por medio del diálogo que iba ser votada ayer en el Parlamento flamenco.
La resolución emplazaba directamente al Gobierno español a que contribuya al proceso de manera constructiva, y era el fruto de un trabajo que desde hace meses se ha llevado a cabo en la Comisión de Exteriores del Parlamento de Flandes.
La resolución estaba impulsada por el parlamentario de la formación independentista N-VA Matthias Diependaele, el de la demócratacristiana CD&V Ward Kennes y el de la socialista S.P.A Jan Roegiers. Contaba además con el apoyo de Boudewijn Bouckaert, de la populista Lista Dedecker, y de Filip Watteeuw, de los ecologistas de Groen.
Es decir, todos los grupos presentes en la Cámara flamenca a excepción del ultraderechista Vlaams Belang, que sufre el llamado «cordón sanitario» o ruptura de relaciones con el resto de grupos por sus posturas extremadamente xenófobas, estaban de acuerdo con lo expuesto en el acuerdo. Contaba, por tanto, con la mayor unanimidad posible que se puede dar hoy día en el Parlamento flamenco.
Según explicó a GARA Diependaele tras la sesión parlamentaria de ayer en Bruselas, lo habitual es que un documento que ha sido consensuado en una comisión se apruebe sin problemas y que la votación en el pleno no suponga más que un mero trámite, puesto que los grupos ya han limado sus diferencias en la comisión y han alcanzado un acuerdo.
Pero este procedimiento se quebró ayer, ya que, según destacó Diependaele, el resto de los grupos han recibido fuertes presiones para que la moción de apoyo al proceso en Euskal Herria no saliera adelante.
Hasta el presidente
Estas maniobras no afectaron sólo a los grupos parlamentarios presentes en la Cámara flamenca, sino que también llegaron directamente hasta el ministro-presidente de Flandes, Kris Peteers (CD&V), instándole a que se paralizase la moción que se iba a votar ayer en el Parlamento.
«Ni yo personalmente ni nadie de la N-VA ha sido objeto directamente de estas presiones, pero tenemos constancia de que el resto de grupos sí las ha recibido, y que como consecuencia de ello han modificado su actitud respecto a esta cuestión», señala Diependaele.
El parlamentario de la N-VA se mostró cauto a la hora de señalar la autoría de estas presiones, pero otras fuentes apuntan claramente al Gobierno español y a sus representantes en Bruselas, que habrían intentando impedir que el Parlamento de esta nación europea sin Estado -pero con una amplia proyección internacional y presencia directa en las instituciones de la UE- diera un paso más en la internacionalización del proceso abierto en Euskal Herria.
«Nosotros no nos ponemos ni del lado del Gobierno español ni del lado de los independentistas vascos. Únicamente hacemos una defensa de la resolución del conflicto en Euskal Herria mediante el diálogo y mostramos nuestro apoyo al proceso abierto», añadió el parlamentario de N-VA.
En las horas previas a la reunión de ayer se sucedieron los contactos para intentar buscar una salida que, por un lado, mantuviera la moción acordada por los parlamentarios flamencos en la comisión y, por otro, pudiera calmar las presiones recibidas.
La moción se retiró finalmente tras analizarse la opción de introducir alguna enmienda y constatarse que con ella su contenido iba a quedar totalmente desvirtuado.
El parlamentario de N-VA fue, paradójicamente, el encargado de exponer ante el Pleno que una propuesta consensuada previamente por la práctica totalidad de los grupos de la Cámara flamenca tenía que ser retirada.
A comisión otra vez
De este modo, la propuesta de resolución retorna ahora a la comisión, con la esperanza de que en los próximos meses pueda alcanzarse un nuevo acuerdo sobre bases similares y pueda ser ratificado en el Pleno del Parlamento flamenco.
La propuesta frustrada, además de instar a los gobiernos de Madrid y Lakua a impulsar el proceso, hacía un amplio repaso de la historia de Euskal Herria y recogía que en las declaraciones que han servido para poner en marcha el proceso animan a la comunidad internacional a apoyar esta dinámica.
Se destacan también los lazos entre Flandes y Euskal Herria son históricos, señalando que el proceso de emancipación flamenco puede ser un ejemplo para el vasco.
Flandes, junto a Valonia y la capital Bruselas, es una de las tres entidades que conforman el Estado belga. Se trata de un pueblo con una arraigada identidad, que reclama un mayor autogobierno y donde la demanda de independencia es mayor cada día.
A pesar de no disponer de un Estado propio, el Gobierno de Flandes sí tiene representación en la reuniones ministeriales de la Unión Europea, ya que forma parte habitualmente de la delegación belga en este tipo de encuentros.
La ciudad de Bruselas acoge a tres parlamentos distintos. Por un lado, tiene una de las sedes del Parlamento Europeo. En la ciudad está instalado también el Parlamento federal belga. Y se les suma este Parlamento flamenco.
La resolución que el Parlamento flamenco aprobó en su Comisión de Exteriores y que finalmente no fue votada ayer en el Pleno pedía, en su primer punto, al Gobierno español y al de Lakua «dar forma y a alentar el proceso de paz en Euskal Herria de manera constructiva».
Junto a ello solicitaban al Gobierno flamenco que apoyase al proceso de paz vasco en los foros europeos en los que participa, como las instituciones de la Unión Europea, o la Red de Regiones Europeas con Poder Legislativo (Regleg).
En este sentido, hay que destacar que los miembros del Gobierno flamenco toman parte de las delegaciones belgas en las reuniones de los ejecutivos de la UE. Es decir, cuando, por ejemplo, los ministros de Interior o Justicia de los 27 se reúnen, la delegación del Estado belga incluye a representantes del Gobierno flamenco.
En el tercer punto, se pedía al Gobierno de Flandes que prestase atención al respeto de todos los derechos humanos, civiles y políticos, tanto de carácter individual como colectivo, en Euskal Herria.
El cuarto punto de la declaración anima al Gobierno federal belga a tomar la misma postura de apoyo al proceso en Euskal Herria que la que asume el Gobierno flamenco.
El siguiente pide al Gobierno flamenco que tome iniciativas para ampliar y fortalecer las relaciones entre Flandes y Euskal Herria.
La iniciativa flamenca viene precedida de una relación de antecedentes históricos de la situación de Euskal Herria, destacando que tanto ETA como el movimiento nacionalista vasco en general han dado pasos para «romper el círculo vicioso de terror, violencia e intimidación política» y que desde el independentismo vasco se ha hecho una apuesta por «elegir el camino de la no-violencia». Se enuncian iniciativas como la Declaración de Altsasu de noviembre de 2009, el documento «Zutik Euskal Herria» de febrero de 2010 y el Acuerdo de Gernika de setiembre de 2010 y los buenos resultados logrados por Bildu en las pasadas elecciones.
Junto a ello, la declaración bloqueada recordaba que este proceso continuó con un comunicado de ETA en el que declaraba un alto el fuego permanente y verificable internacionalmente, y se añadía que 21 destacadas personalidades suscribieron en la capital flamenca la Declaración de Bruselas en marzo de 2010. M.D.
El hemiciclo del Parlamento flamenco se ubica en el patio abierto de un antiguo edificio rehabilitado. Su techo es de cristal y deja ver el cielo bruselense, en lo que pretende ser una metáfora de la transparencia con la que actúa esta cámara.