La reforma gubernamental salió adelante por 169 votos a favor (PSOE), 159 en contra (PP, ERC, IU-ICV, BNG y UPyD) y 20 abstenciones (CiU, PNV, CC y UPN). Una vez superado el trámite de la convalidación, la reforma será ahora tramitada en el Parlamento como proyecto de ley.

Tras la votación, el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, calificó de «logro histórico» el compromiso «arrancado» por su formación al Gobierno para que, en caso de concurrencia, el convenio colectivo autonómico prevalezca sobre el estatal.

Erkoreka explicó que el Gobierno se comprometió finalmente a eliminar la cláusula que impedía aplicar efectivamente los convenios autonómicos «cuando existiera pacto en contrario».

Preguntado sobre si alguna vez había conseguido tanto por sólo abstenerse, Erkoreka respondió con una sonrisa reconociendo que en su trayectoria política no ha conocido «un caso semejante».

CiU, por su parte, señaló que ha conseguido incluir en el preámbulo de la ley la vinculación entre salarios y productividad, aunque reconoce que ello carece de validez jurídica, puesto que la fijación de los salarios tiene que ser acordada entre patronos y trabajadores.

Desde el ámbito sindical, ELA criticó que no han recibido «ninguna llamada» para tratar el contenido de la reforma, mientras CCOO emplazaba a ELA y LAB a buscar acuerdos que permitan establecer un marco de negociación en la CAV.

UGT-Euskadi responsabilizó a ELA de que la CAV padezca «el bloqueo más grande de toda España» en torno a la negociación colectiva y acusó a la patronal vasca de «aprovecharse» de esta situación.