La invalidación de la elección de un candidato kurdo en las elecciones legislativas del pasado 12 de junio ha provocado la cólera de militantes kurdos que pidieron el boicot para el Parlamento. Casi 2.000 kurdos participaron en una concentración en Diyarbakir, para protestar contra la decisión del Alto Consejo Electoral (YSK) de anular la elección de Hatip Dicle, elegido en esta misma ciudad.

Las movilizaciones en Estambul fueron reprimidas por la Policía, que lanzó bombas lacrimógenas. El YSK estimó que Dicle, candidato independiente apoyado por el Partido por la Paz y la Democracia (BPD) no podía haber sido elegido por una condena por «propaganda terrorista». Hatip Dicle fue condenado a 20 meses de prisión y sólo cuatro días antes de las elecciones, el Tribunal de apelación ratificó la sentencia. El Congreso para una Sociedad Democrática (DTK), plataforma de asociaciones kurdas, pidió a los otros 35 electos apoyados por el BDP que boicoteen el recién elegido Parlamento. Además, pide al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y a la Cámara que intervengan para resolver el problema. «Se trata de una decisión que busca mantener a Turquía en el caos para empujarnos a un ambiente de conflicto», declaró Ahmet Türk, presidente del DTK. Hatip Dicle, actualmente en prisión preventiva por otra acusación, debía salir de la cárcel por su inmunidad como parlamentario. Su escaño ha sido atribuido a un candidato del gobernante AKP.

Por otra parte, una mina explotó ayer al paso de un vehículo policial en la provincia de Tunceli, matando a dos agentes. Las autoridades acusaron del atentado a los rebeldes kurdos del PKK.