Crónica | Cien trabajos estudiantiles

Exposición Visual-Sonora en el Casco Viejo de Bilbo

Arturo F. RODRÍGUEZ

La muestra, que incluye cerca de cien propuestas y que cuenta con Sergio Prego y Francisco López como invitados, se puede visitar hasta el 8 de julio y mantiene sus apuestas fundamentales; esto es, mostrar los trabajos de los estudiantes en paralelo a los de autores ya consagrados y abordar la problemática que el formato expositivo supone para este tipo de obras. Y es que estos dos puntos, que son los que hacen verdaderamente de este evento una cita reseñable, permiten en cada nueva edición mantener un debate sobre la especificidad de la función pedagógica del arte en relación a las nuevas tecnologías y sobre lo que supone su difusión y su inserción en el ámbito de la cultura a día de hoy.

No resulta fácil mantener en el tiempo una cita de estas características, de modo que su asentamiento en nuestro panorama expositivo hace posible que tras 23 ediciones se puedan observar en perspectiva los temas y los soportes que han ido jalonando esta trayectoria para analizar sus cambios, precisamente en un territorio tan movedizo como el de la creación y las nuevas tecnologías.

Josu Rekalde, coordinador de la muestra, e Ismael Manterola, en su texto de introducción del catálogo, se refieren a esta circunstancia y traen a primer plano las posibles contradicciones con las que se encuentra esta muestra compleja, desigual, enmarañada,  pero a la vez tremendamente vital, explosiva y también necesaria.
Porque el hecho de que los trabajos de los estudiantes, en algunos casos aún imprecisos o incompletos, accedan a una confrontación real con el dispositivo de exhibición y con la opinión pública resulta ser el mejor de los ejercicios para los profesionales futuros que acaban su etapa en la facultad y que aspiran a trabajar en campos muy diversos del arte, la cultura y la comunicación.

El aliciente de mostrar estos trabajos en un espacio de encuentro y de debate, y el hecho de compartir dicho espacio con artistas que tienen una presencia activa en el circuito internacional supone además una experiencia significativa en el punto de partida de sus trayectorias creativas.

Obras, soportes, formatos

Casi desde sus comienzos muestra encara como problemática la necesaria compactación (para su exhibición) de todo un cúmulo de trabajos de muy diferente raíz y muy diversa formalización, conformando una completa panorámica de las diferentes formas de hibridación que presentan los obras realizadas con las nuevas tecnologías.
En esta ocasión pueden verse hasta diecisiete instalaciones multimedia, una extensa programación de hasta 44 vídeos, entre video-creaciones, animación y ficción, así como fotografías y trabajos especialmente centrados en la experimentación con el sonido.  No sería justo destacar unos trabajos sobre otros porque en todos y cada uno de ellos hay una sincera apuesta por mostrar el resultado de un esfuerzo investigador, el desenlace de un reto técnico o la aceptación de una responsabilidad con las nuevas formas y los nuevos lenguajes de la creación.

Lo que sí quiere dejar claro la 23 edición de esta cita, según sus coordinadores, es la necesaria revisión de la etiqueta de «nuevas» a unas tecnologías que comienzan a dejar de serlo, acentuando para ello de modo especial el componente social de dichas tecnologías.

Las tecnologías digitales así como la red de relaciones interpersonales que promueven, están haciendo cambiar muchas de las concepciones en relación a la representación, a la simbolización del mundo y a la realidad en la que vivimos. Este campo comunicativo en el que confluyen la experimentación artística y el compromiso ideológico y que conecta en vivo y en directo con la circunstancia social que nos rodea, tiene presencia destacada en la muestra por lo que resulta especialmente interesante ver el momento creativo de este ámbito de experimentación.

Artistas invitados

Completan la muestra los espacios destinados a cada uno de los dos artistas invitados: el artista multidisciplinar Sergio Prego y el artista sonoro Francisco López. La presencia de Sergio Prego resulta especialmente atractiva por su vinculación a la Facultad de Bellas Artes, así como al ámbito del arte vasco más actual a través de su pertenencia a una generación de artistas que despunta internacionalmente. Prego (Donostia, 1969), que vive y trabaja en Nueva York, trae hasta la sala del Casco Viejo dos trabajos en videoproyección que dan un paso más en la búsqueda de relaciones experimentales entre inventiva, técnica e imagen.

Por su parte, Francisco López (Madrid, 1964), uno de los principales exponentes de la música experimental y la música electroacústica internacional, viene desarrollando un universo sonoro absolutamente personal e iconoclasta. En esta ocasión, nos propone una instalación en la que la percepción sensorial del sonido se amplía hasta definir la totalidad de nuestro cuerpo.