Greenpeace confirma la contaminación térmica del Ebro ejercida por Garoña
Greenpeace constató ayer una reducción en la contaminación térmica del Ebro a su paso por Garoña durante el mes de mayo, justo cuando se realizo un parón en la central para cargar combustible. En concreto, la diferencia pasó de 18 grados en febrero a 4,6 en la actualidad.
Ion SALGADO | GASTEIZ
El responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, presentó ayer en Gasteiz el segundo informe termométrico del Ebro a su paso por la central nuclear de Garoña. Un estudio encargado por la asociación ecologista durante el mes de mayo, y en el que aparece una reducción drástica en la contaminación térmica de la zona si se compara con el anterior informe de febrero.
En concreto, la diferencia térmica citada en ambos informes pasó de 18 grados en el primer estudio a 4,6 en el segundo. La muestra evidencia, por tanto, el impacto negativo de la central sobre el río Ebro.
Cabe señalar que las muestras de este segundo estudio -realizado por Anbiotek y Uriker, dos empresas acreditadas por el Ministerio de Medioambiente del Estado españo- fueron recogidas entre los días 1 y 28 de mayo, que es cuando se produjo la recarga de combustible nuclear. Un periodo de tiempo en el que la central cesó su actividad.
Bravo explicó que el agua del Ebro es utilizada por la central para refrigerar el reactor nu- clear de la misma. Sin embargo, tras realizar el proceso de refrigeración, Nuclenor no enfría el agua utilizada y la devuelve al río a altas temperaturas, lo que produce una alteración en la fauna local.
Además, el vertido de aguas a grandes temperaturas al Ebro produce una termoclina en el embalse de Sobrón. Se trata de una ruptura de la temperatura de las masas del agua, que trae consigo la reducción del oxígeno en las zonas más profundas y frías del citado embalse, situado en la muga con Araba.
Ilegalidad
El responsable de Greenpeace señaló que este tipo de vertidos supone una ilegalidad, ya que tanto la CHE como el Ministerio de Medioambiente del Gobierno español ponen un límite al incremento de temperatura tolerada en un río. Una barrera que se sitúa en los tres grados centígrados, muy por debajo de los 18 grados de diferencia alcanzados en la toma de febrero.
Por ello, la organización ecologista exigió la paralización de Garoña, hasta que ésta no cumpla con la ley y solucione sus problemas de refrigeración, que pasan por la construcción de una torre de refrigeración.
De no ser así, Bravo anunció que su organización emprenderá acciones legales contra Nuclenor y contra la CHE, a la que acusan de tolerar las prácticas de la empresa eléctrica responsable de la central.
Asimismo, el portavoz ecologista criticó los informes de contaminación térmica realizados por Nuclenor. Unos estudios termométricos, admitidos por la CHE, en los que se destaca que no existe ninguna contaminación en la zona como consecuencia de los vertidos.
En los informes de Nuclenor no se evidencia ninguna subida de temperatura aguas abajo de la central. Todo lo contrario; la empresa afirma que la temperatura en Sobrón es menor que en Frías.
Cientos de personas participaron ayer tarde en la manifestación antinuclear convocada en Bilbo, y que concluyó con una vistosa parodia.
Los participantes recrearon un accidente nuclear ante la torre de Iberdrola de la capital vizcaina, cuyo entorno se llenó de humo de color rojo por unos momentos mientras los manifestantes se tendían en el suelo. Algunos de ellos iban ataviados con las mascarillas que son símbolo antinuclear desde hace muchos años.
El objetivo de la movilización era reclamar el cierre inmediato de Garoña y recordar que esta central es gemela del reactor número 1 de Fukushima, además de haber agotado el plazo para el que fue diseñada. Se censuró además que empresas como Iberdrola y Endesa obtienen amplios beneficios de esta instalación, por lo que la movilización concluyó ante la emblemática torre de Iberdrola.
``En Euskal Herria y en todo el mundo, otra electricidad y otro consumo eléctrico son posibles'', expusieron los manifestantes. La movilización estaba impulsada de modo conjunto por cerca de 25 grupos ecologistas, sindicatos, agentes sociales... GARA
Carlos Bravo recordó las similitudes existentes entre la central de Fukushima y la de Garoña. Por ello, solicitó que las futuras pruebas de estrés a las nucleares incluyan posibles inundaciones, como la crecida del río.
