Cuando días antes de las elecciones GARA puso en marcha su campaña de publicidad invitando a que el lunes sus lectores se dieran un «chapuzón» en los resultados y «disfrutaran», no eran pocos los analistas y políticos que insistían en que Bildu no podría superar los resultados que la izquierda abertzale obtuvo en las últimos comicios municipales y forales en los que había participado legalmente. Muchos de ellos hablaban o escribían con un supuesto conocimiento de causa sobre cómo pensaban aquellos votantes de hace diez años que todavía se- guían manteniendo reticencias a acudir a las urnas porque la izquierda abertzale les había decepcionado tantas veces.

Los resultados les cayeron como un jarro de agua fría. La ola Bildu, un tsunami como lo definieron muchos, regó Euskal Herria y -perdonen la inmodestia- sólo GARA se había preparado con el bañador (o al desnudo, como el del anuncio) anticipando el chapuzón que llegaba.

¿A qué viene esto? A que quienes fueron incapaces de saber de la existencia de decenas de miles de votantes aseguran ahora conocer las razones más íntimas por las que cada uno de ellos acudió a la urna con la papeleta de Bildu. No los vieron cuando los tenían delante de sus narices y ahora saben hasta cómo piensan. Deben haberse comprado una bola de cristal en las últimas semanas. Y con pases de manos y la ayuda quizá de brebajes mágicos adivinan que con los primeros pasos que están dando diputado, alcaldes y concejales independentistas, Bildu está malgastando el crédito concedido por sus votantes. Los que ni la olieron hace un mes aseguran que los 315.000 ciudadanos y ciudadanas que apoyaron a la coalición independentista lo hicieron para que acabara con ETA y reparara el «daño causado». Periodistas y políticos lo han dicho y escrito estos días con la misma cara pétrea con la que antes dijeron y escribieron tener delimitados los límites del movimiento. Hacen propaganda al servicio de unos intereses muy concretos y tratan de condicionar los pasos de Bildu. Por lo tanto, la coalición y sus votantes puede estar tranquilos si tanto listo les dice que se equivocan.