La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, garantizó ayer que todos los torturadores serán llevados ante los tribunales «tarde o temprano», con motivo del Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de Tortura, que se celebra el 26 de junio.

«Ningún estado de emergencia, ningún conflicto, ni ninguna lucha contra el terrorismo son una excusa para el recurso a la tortura», afirmó. Pillay recordó que a lo largo de todo el mundo, especialmente en América Latina, se han logrado «alentadores» y «significativos» avances en la implementación de normas más estrictas que prohíben la tortura y los tratamientos degradantes e inhumanos.

Se alegró de que muchas de estas normas se hayan aprobado para juzgar crímenes por torturas incluso muchos años después de que se hubieran cometido, como ha ocurrido en Argentina, donde el pasado año fueron detenidas 748 personas por graves crímenes durante la dictadura militar (1976-1983) y 81 ya han sido procesadas.

Pillay citó también los casos de Colombia, donde recientemente se aprobó una nueva ley para compensar a las víctimas de violaciones de derechos humanos durante el conflicto armado, y la detención, hace sólo unas semanas, del ex líder militar serbobosnio Ratko Mladic por genocidio y crímenes contra la humanidad durante la guerra de Yugoslavia.

«Ilegal» e «injustificable»

Navi Pillay insistió en que la tortura es «ilegal» y su uso no está justificado bajo «absolutamente ninguna circunstancia». «Estas prácticas deshumanizan a las víctimas y a los perpetradores y dejan heridas en las comunidades y en sociedades enteras muy difíciles de cerrar», agregó.

Pese a los avances conseguidos, la responsable de la ONU recordó que «terribles» ejemplos de tortura se siguen sucediendo y citó las revueltas de los países árabes.