CRíTICA cine
«Algo prestado»
Mikel INSAUSTI
Se puede esperar algo del realizador de “Estoy hecho un animal”? Nada de nada, con mayor motivo si al tal Luke Greenfield le encargan dirigir una comedia romántica, género para el que demuestra tener menos sensibilidad que la media de cineastas en nómina de Hollywood, lo que ya es decir. También hay que reconocer que ninguno de sus colegas habría sido capaz de sacar adelante este proyecto contando con un reparto tan incompetente, y eso que en las notas de producción Hilary Swank se deshace en elogios hacia la novela de Emily Giffin en que se basa “Algo prestado”. Si tanto le gustaba el material de partida no se entiende que se haya conformado con tan sólo producir la película, sin verse tentada a protagonizarla. La papeleta se la deja a Ginnifer Goodwin, que está insoportable en el papel de chica buena, tanto o más que Kate Hudson en el de la que se supone que es la mala amiga “robanovios”. Y ellos todavía son peores, porque Colin Egglesfield es el guaperas con menos carisma de la historia, mientras que John Krasinski va del enamorado que se sacrifica y oculta sus sentimientos en nombre de la amistad entre hombres y mujeres.
“Algo prestado” es la típica comedia tonta en la que los críticos se aburren, limitándose a concluir que resulta una película predecible. Aunque se vea venir de lejos su desenlace (la chica buena se queda con el guaperas sin carisma), como espectador que no pierde la ilusión por ir al cine, me resisto a creer que hasta la más convencional de la historia haga perder el tiempo al público que paga su entrada. El mayor problema, con todo, no es ese final cantado, sino la acumulación previa de situaciones de las que le sacan a uno de quicio, como cuando la protagonista va a Londres a visitar a su eterno amigo sin derecho a roce, a sabiendas de que volverá a Nueva York para recuperar a con quien sí quiere plenas relaciones, sin importarle que el inútil en cuestión haya preferido casarse con su mala amiga, la cual enseguida cometerá una infidelidad para despejarle el camino.
