ELA y LAB culpan a PNV, PSE y PP de «actuar de espaldas a la sociedad»
ELA y LAB rechazaron ayer la transformación de las cajas vascas en un banco, como pretenden los máximos responsables de BBK, Kutxa y Vital. Los consejos de administración se reunirán hoy para dar ese paso, que supone el fin de las cajas vascas. Jabi Garnika, secretario general adjunto de LAB, acusó al Gobierno de Patxi López, a PNV, PSE y PP de «volver a dar la espalda a los intereses de la sociedad vasca para primar los intereses económicos de unos pocos».
Juanjo BASTERRA
ELA y LAB rechazaron de forma conjunta la transformación de las cajas vascas en un banco como pretenden los presidentes de BBK, Vital y Kutxa. Los consejos de administración de las tres cajas se reunirán hoy para tomar esa decisión que «se adoptará de espaldas a la mayoría de la sociedad vasca y que sólo beneficia a unos pocos». Ambas centrales sindicales lamentaron que «la bancarización supondrá la reducción del compromiso por el desarrollo económico y social de Euskal Herria».
Amaia Muñoa, secretaria general adjunta de ELA, y Jabi Garnika, secretario general adjunto de LAB, estuvieron acompañados por los responsables del sector financiero de ambos sindicatos, Igor Izagirre y Joxean Urkiola, respectivamente. Confirmaron que la decisión de crear un banco supondrá «un paso decisivo en el camino de eliminar los objetivos sociales y públicos, es decir la razón de ser para la cual fueron creadas las cajas de ahorros, que nacieron como entidades sin ánimo de lucro en defensa de los más desfavorecidos». ELA y LAB explicaron que esa decisión supondrá su «privatización», puesto que, al contrario de las cajas, no habrá control público. Jabi Garnika culpó al Gobierno de Patxi López, PSE, PNV y PP de «volver a dar la espalda a los intereses de la sociedad vasca primando los intereses económicos de unos pocos». En este aspecto recordó que «la crisis económica y financiera, que tiene relación directa con la desregulación financiera, con la especulación como norma del sector financiero, requeriría una potenciación del control y de los instrumentos financieros públicos. Convertir las cajas en bancos es justo lo contrario -precisó el responsable de LAB-, ya que supone, de hecho, la liquidación del único instrumento financiero bajo control público existente, que se deja en manos de la acción privada». Añadió que esa decisión «fortalecerá los intereses privados y al capital financiero», pero la mayoría de la población «se verá perjudicada, porque desaparecerá la Obra Social como está concebida en la actualidad» y se actuará bajo «los parámetros de rentabilidad financiera, que no entiende de personas».
ELA y LAB recordaron, por otro lado, que a lo largo de los últimos años han sido críticos con la gestión de las cajas de ahorro vascas, porque, además, han empeorado las condiciones laborales de los trabajadores de las mismas, pero auguraron que a partir de este momento «empeorarán más y sólo fortalecerá los intereses financieros del capital privado» si la decisión de crear un banco se aprueba en setiembre por parte de las asambleas de las tres cajas.
Jabi Garnika señaló que «vemos con preocupación este proyecto de fusión y vamos a luchar con los instrumentos a nuestro alcance para que se realice siguiendo otra política económica y social».
Amaia Muñoa, secretaria general adjunta de ELA, subrayó la necesidad de llevar adelante una caja única en Euskal Herria, pero «no un banco», para que actúe «como instrumento financiero público al servicio de la sociedad, con una política diferenciada de la búsqueda de beneficios, que caracteriza a la banca que está al servicio de los intereses de capital y que potencia la inversión especulativa frente a la productiva».
Amaia Muñoa indicó que «el desarrollo social y económico tiene que tener como marco de actuación el conjunto de Euskal Herria, por eso defendemos una caja integrada por BBK, CAN, Kutxa y Vital». Reconoció que «la participación de CAN en Banca Cívica, la compra de Caja Sur por BBK, las políticas de expansión de estos últimos años de todas ellas y el proyecto de bancarización de las tres no van en esa dirección. Reivindicamos -precisó- que el nuevo proyecto se constituya como instrumento para la vertebración económica y financiera de Euskal Herria».
ELA y LAB afirman que las cajas «tienen que ser gestionadas por las instituciones de este país, tiene que haber un control público de las mismas, para garantizar que el sector financiero público tiene objetivos y prácticas alejadas de la lógica del mercado». En este caso, Amaia Muñoa y Jabi Garnika dejaron claro que ese control público se debe establecer «con criterios de transparencia y pluralidad, articulando mecanismos para una participación democrática amplía con presencia de todos los grupos: entidades fundadoras, corporaciones municipales, impositores y personal».
Trabajadoras de Bai Esan, empresa que presta servicios de atención al cliente y gestión administrativa para Euskaltel, se concentraron ante la sede en Donostia de Ibermática, que se hará cargo de su función a finales de julio, lo que supondrá el despido de 113 personas.
El responsable de LAB, Jabi Garnika, destacó que «este proceso de bancarización conlleva la imposición de un marco estatal de negociación colectiva, en detrimento de los intereses de la mayoría de los trabajadores de estas cajas vascas».
Criticó que el PNV, que «se ha vanagloriado» de lo conseguido con su abstención en la reforma de la negociación colectiva, «a la hora de abordar el proceso de bancarización, no tenido ninguna duda de imponer al colectivo de trabajadores un marco estatal de negociación colectiva, que no va a hacer frente a las necesidades que desde este colectivo se plantean».
En alusión a las transferencias, Garnika ha asegurado que «es curioso que se esté dando un discurso de loa por lo conseguido con el nuevo paquete de transferencias cuando se da la paradoja de que en este momento, el Gobierno vasco, que tiene capacidad exclusiva de regular el tema de las tres cajas, ha hecho dejación. Están amparándose en una ley estatal para hacer todo este proceso de integración y de bancarizaciones», terminó, mientras que Amaia Muñoa exigió que se aplique el marco vasco de relaciones laborales y la homologación «al alza» de las condiciones de trabajo.
Sin embargo, no será posible porque las condiciones de los trabajadores del nuevo banco, si finalmente sale adelante, se regirán por el convenio estatal de banca, que empeora las condiciones. A cambio, según dijeron desde LAB, CCOO ha logrado 90.000 euros anuales y Pixkanaka otros 33.000 euros anuales, además de más liberados sindicales. «Ese es fruto del acuerdo de CCOO y PNV», dijo. J. B.
Banca Cívica, donde está integrada CAN, comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que aprobó un aumento de capital mediante la ejecución de una oferta pública de suscripción por un importe de 222,14 millones de euros.
Según informaron fuentes próximas de la entidad a Efe, el consejo de administración de Banca Cívica se reunió antes de ayer para respaldar la salida a bolsa de la entidad a mediados de julio al igual que lo hará Bankia. En realidad ése es el camino que les espera a los bancos que se han creado a partir de las cajas. El presidente de BBK manifestó hace dos días a los representantes sindicales que en tres años el banco de las cajas no se privatizará, mientras se ordena todo el traspaso, pero a partir del cuarto lo podría hacer sin problemas. Una vez que las cajas se conviertan en bancos, la representatividad se regirá por el porcentaje del valor de las acciones que cada parte asumirá. J. BASTERRA