Bilbo y La Habana escenarios de la película «Valeria Descalza» del director Ernesto del Río
Tras quince años desde su última película, el bilbaino Ernesto del Río vuelve a dirigir un largometraje. Mañana se estrena «Valeria descalza», rodado a caballo entre Bilbo y La Habana.Ane ARRUTI | BILBO
Entre lo real y lo falso, lo que se dice o se deja de decir, es el terreno en el que se mueve la nueva película dirigida por el bilbaino Ernesto del Río. Han pasado quince años desde que dirigió «Hotel y domicilio» y, el también director del festival Zinebi, vuelve con «una película de silencios y de huir hacia adelante», señalaron ayer el realizador y dos de los protagonistas del filme: Aitor Mazo y Maiken Beitia. La Alhóndiga de Bilbo acogerá hoy el preestreno (20.00) y mañana se estrenará en los cines de las cuatro capitales de Hego Euskal Herria.
La historia comienza en Bilbo, pero pronto salta a las calles de La Habana. «He intentado hacer un retrato humano en La Habana, esa ciudad crepuscular. He huido de la tarjeta postal y he intentado mostrar lo que hemos conocido», puntualizó Del Río. «Es una ciudad muy grande, muy dispersa. He querido poner en valor el mismo decorado, aporta dramatismo».
La película cuenta la historia de una pareja de bilbainos que, «viajan a otro universo -La Habana- y, buscando su propia situación personal, se encuentran con otra realidad, digamos que buscan ser felices», dijo el director. Esa otra realidad son el cubano Salvador (Rubén Breña), un viejo arquitecto, y su hija Valeria (Gabriela Griffith), una veinteañera que quiere ser cantante. Precisamente, dos canciones, «Descalza» y «Que viva el amor» de Cecilia Cofiño, son las que unen estos cuatro personajes y se convierten en el hilo conductor de la película.
«Se encuentran en una jungla, vegetal y personal, y, si no tienes las cosas claras, es muy fácil perderte en esa jungla», explicó Mazo, quien describió su personaje como «muy reflexivo». «Mientras leía el guión veía que el `intringulis' estaba en lo que no se había escrito», añadió. Según Beitia, «hay un trama principal pero los tramas secundarios, las cosas pequeñitas, son las que más ha cuidado Ernesto, eso que no se dice».
El director ha apostado por grabar en digital, en alta definición y aprovechar «las ventajas que la tecnología ofrece. Tenía ganas de experimentar con estas técnicas», dijo. El guión ha sido escrito por Luis Eguiraun y Xenia Rivery, también entre Euskal Herria y Cuba.