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El día después de la elección de Donostia 2016

«Lo merecíamos porque hemos sido los mejores. No hay más donde rebuscar»

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Santi Eraso
Director cultural del proyecto

Es, en cierta medida, el padre del proyecto cultural que ha logrado que Donostia vaya a ser Capital Europea de la Cultura en el 2016. Un proyecto complejo que nació de una crítica del propio Eraso y que para el jurado designado por la Comisión Europea fue «el mejor, por mucho», de entre los presentados por todas las candidaturas. Tras sus veinte años al frente de Arteleku, el centro de arte de Martutene, la elección de Donsotia supone también un reconocimiento para su persona.

Santi Eraso, en los minutos posteriores al anuncio de la victoria de Donostia y aún sin saber la tormenta política que se avecinaba, nos dio las claves de por qué el jurado se había decantado por el proyecto donostiarra, habló del proceso que ha de iniciarse en la ciudad a partir de ahora y nos adelantó, emocionado, cuál va a ser su participación en ese proceso.

¿Qué les ha comunicado el jurado sobre su decisión de elegir Donostia?

Más allá de cualquier otra deriva que alguien, con malas intenciones, pudiera plantear, las razones que nos ha transmitido el jurado es que el de Donostia les ha parecido, por mucho, el mejor proyecto cultural de los presentados, que ha sido para ellos un gusto trabajar con nosotros, y que lo merecíamos porque hemos sido los mejores. No hay más donde rebuscar.

Era, desde luego, el proyecto más arriesgado entre todos los presentados.

Nosotros lo hemos hecho de corazón. Lo diseñamos con un alcalde socialista, lo hemos compaginado con la llegada de un alcalde de Bildu que apuesta por la democracia y por las vías de pacificación. Esa es la esencia de nuestro proyecto y esperamos que esto pueda contribuir un poco a que esta larga historia nuestra concluya pronto y antes del 2016 podamos tener un paisaje humano más normalizado y no haya más heridas ni víctimas.

¿Se podía imaginar hace unos años que llegarían hasta aquí?

Es curioso, porque todo esto surgió de una ponencia mía muy crítica, precisamente, con este tipo de eventos. Pensaba que la cultura no podía pasar por lo espectacular, que tenía que anclarse en lo social, en la potencia de las las pequeñas cosas. El alcalde Odón me pidió convertirla en un anteproyecto, lo presentó al resto de instituciones y me invitaron a que desarrollara el proyecto, y así hasta hoy, que hemos ganado. A partir de mañana se abre una fase nueva.

¿Todo esto surgió de una crítica?

Sí, de una crítica a lo que son los modelos de capitales culturales anclados en lo que yo llamo la «burbuja cultural», ante lo que se proponía un nuevo trinomio basado en ecología, educación y cultura. A partir de ese núcleo organizamos muchos laboratorios con gente que nos hicieron llegar cientos de aportaciones. Nuestro trabajo en gran parte ha sido de costurera, cortando y pegando todas esas aportaciones. En la relación de 72 colaboradores se pueden encontrar personas de todos los espectros políticos y de todas las condiciones humanas. Todo eso está en nuestro proyecto.

¿Cree que a partir de mañana va a ser más fácil integrar a la sociedad donostiarra en el apoyo de este proyecto?

Si quieren, desde luego, tienen todas las puertas abiertas. Se presentan cinco años de trabajo por delante, para alcanzar finalmente a una celebración, pero teniendo en cuenta que nosotros hemos pensado este proyecto al modo de las viejas fiestas de recogida del trigo: trabajar y trabajar y al final emborracharte, pero sólo cuando ya has recogido la mies. Para nosotros no era una fiesta en la que sales de trabajar de tu oficina, pagas una entrada de 60 euros, ves un espectáculo y luego te vuelves a casa. Proponemos un proceso de construcción social en el que la cultura y la educación jueguen un papel fundamental. Por eso se van a poner en marcha los cinco laboratorios (del euskara, del arte, de tecnologías, de participación ciudadana y de parques culturales) y en ellos tiene que participar la gente, los que ya estaban y los que se sumen a partir de ahora.

¿Y políticamente, cree que recibirá el apoyo adecuado?

Pienso que el nuevo alcalde sabe que estos años de trabajo son importantes y espero que no se haga nunca borrón y cuenta nueva. Más allá de la legitimidad que tienen para cambiar algunos aspectos del programa, las esencias del proyecto han de centrarse en las raíces y desparramarse por las ramas, y que sea un árbol a donde mucha gente pueda subirse y que dé frutos para todos.

¿Y qué va a pasar con usted?

Hay que verlo. Como sabéis tengo una geografía sentimental un poco complicada. Ahora quiero descansar y estar con mi niña pequeña, porque este año nos hemos visto poco y ha sido muy duro para ella. Estoy agotado, aunque hemos ganado y estoy muy orgulloso por haber hecho un trabajo muy digno. Ahora tengo que pensarme las cosas. Me gustaría seguir colaborando pero necesito estar cerca de lo más importante de mi vida, que es mi hija. Este verano vamos a leer juntos todos los días un poco de «Alicia en el País de las Maravillas».

Para mí eso es la cultura y no pienso renunciar a ello aunque tenga que ganar menos dinero. Mikel CHAMIZO

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