Si es que ya no saben cómo patalear más fuerte para sacar más ruido. Frustrados por la nominación de Donostia como Capital Europea de la Cultura -sólo porque gobierna Bildu, no lo duden- han empezado a hacer piruetas y muecas patéticas.

Ayer en «El Mundo», Arcadi Espada protestaba porque en las filminas promocionales de Donostia «no veo al primer donostiarra cultural, que es el filósofo Savater (...) una culturalidad que desprecia a su primer ciudadano es algo insólito». Mucho me parece decir que Savater es el primer ciudadano de Donosita. ¿No les parece?

El amigo del gran amigo de los caballos se lamenta porque «ninguna autoridad, ni de antes ni de ahora, llamó a Savater. Este detalle bastaría para desconfiar de la Kulturalidad donostiarra».

Para mí que el columnista Espada le debe algo al filósofo hípico. No se pierdan la frase: «organizar una culturalidad en San Sebastián sin Savater es lo mismo que organizar una gastronomikarra sin Arzak. Aunque, dado que este último forma parte de todas las filminas de la Kulturalidad no hay que perder la esperanza de que, a pesar de su paladar algo cuartelero, inviten al filósofo a presidir la próxima gastro».

Y apunta, como colofón del dislate, que «Savater, sus libros y su condición de alegre héroe civil, es lo único donostiarra que circula con autoridad por Europa. Por la Europa física y por la Europa moral».

Y ahora aprovecha para lo que en realidad le motiva: «el rasgo supremo de la fuerza que va a gestionar la kulturalidad es su riguroso carácter antieuropeo: es decir, su perfil xenófobo y totalitario».

Después de tanta melonada, Arcadi Espada busca un disfraz: «He escrito más de una vez defendiendo la legalización de la coalición Bildu y seguiré haciéndolo mientras las circunstancias no cambien. La razón no es la coalición Bildu, sino la democracia y sus irritantes obligaciones. Entre ellas, y contra lo que parecen pensar los de la Kulturallidad capital, no está en la ilegalización y el posterior pase a la clandestinidad de Fernando Savater, con obra, tiempo y mundo incluidos». Savater le pagará una buena comida, seguro.