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KUKUTZA recaba un amplio respaldo ciudadano ante la amenaza de derribo

El barrio bilbaino de Errekalde, que se encuentra inmerso en sus fiestas, fue escenario ayer de una masiva kalejira en favor de una de sus señas de identidad, Kukutza Gaztetxea, un proyecto que se ha convertido en un referente cultural en el ámbito de Bilbo y de Euskal Herria. Una iniciativa popular a la que acecha una orden de desalojo y derribo para edificar viviendas libres.

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Agustín GOIKOETXEA

Errekalde salió ayer a la calle para defender su gaztetxe, pero no fueron sólo sus vecinos los que reivindicaron la supervivencia de Kukutza; también lo hicieron otros agentes sociales, políticos y culturales de Bilbo y de otros puntos de Euskal Herria. Desde la plaza hasta el local autogestionado se reclamó el mantenimiento de un proyecto gracias al que es posible disfrutar de conciertos, teatro, malabares... que alberga la única escuela de circo de Bizkaia, un comedor vegetariano que ofrece menús a cinco euros, un aula de danza, sirve de local de ensayo a bandas locales, se fabrica cerveza de manera artesanal, se intercambia ropa o también sirve de residencia a diez jóvenes.

Emplazado en la antigua fábrica de Cerezo que lleva cerrada desde hace medio siglo, Kukutza es el tercer centro social ocupado en Errekalde. «Hace trece años entramos en este edificio y a base de sudor, esfuerzo, ilusión, compromiso y ayuda del barrio fuimos sacando decenas de toneladas de escombro para que hoy en día Kukutza esté lleno de vida», recordaron. Incidieron en que durante ese tiempo no han encontrado ninguna traba por parte del Ayuntamiento.

Lo curioso, y así lo denunciaron los vecinos, es que se quiera demoler el gaztetxe, cuyo trabajo ha sido elogiado por diferentes agentes, mientras sigue sin derribarse el viaducto de la A-8, «ese monstruo de cemento que nos impide ver el cielo».

A raíz del proceso de elaboración del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Bilbo, la Asociación de Vecinos ya adelantó que, ante la falta de equipamientos, su intención era pedir el cambio de uso de varias parcelas de suelo urbanizable a suelo de uso social. Una de ellas sería la que ocupa Kukutza, que en 1996 pasó de industrial a residencial después de que dos años antes fuera adquirida.

Ahora, la constructora Cabisa SA quiere desalojar y derribar el gaztetxe para edificar un bloque de seis plantas de vivienda libre. La Asamblea de Kukutza ha denunciado que «recientemente» la compañía domiciliada en Barakaldo obtuvo la orden de desalojo y que el 27 de mayo solicitó en el Consistorio bilbaino una licencia de derribo. Al ser un solar con tierras contaminadas, Medio Ambiente de Lakua debe redactar un informe y, si el Gobierno autonómico da su plácet, los responsables municipales tendrán que otorgar el permiso solicitado.

Una construcción no justificada

Quienes defienden la pervivencia del proyecto autogestionado estiman que no está justificada la edificación de un nuevo bloque de viviendas en esa zona de la capital vizcaina. En un estudio del Ayuntamiento, de 2009, se advierte que en Errekalde hay 21.050 viviendas, de las que 1.937 están vacías, en un barrio en el que de 1987 a 2009 descendió la población en más de 3.800 habitantes. La pregunta que se hacen es por qué se ha previsto construir «en época de crisis, más de diez bloques de viviendas libres en zonas como Artazaberri, Iturrigorri o la calle La Paz, si somos menos».

Ayer, de nuevo, Kukutza Gaztetxea emplazó al alcalde, el jeltzale Iñaki Azkuna, a entablar «un diálogo para encontrar soluciones que permitan que este espacio no sea demolido y siga con su actividad, tal y como viene desarrollando desde hace trece años».

«Kukutza sigue siendo nuestro sueño. Tenemos mucho que mejorar, seguro. Pero para eso -precisaron- necesitamos que Kukutza siga palpitando». Además, advirtieron a los responsables de la constructora Cabisa SA que no van a permitir que «conviertan nuestros sueños en pesadillas».

 

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