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La UA se ratifica en su hoja de ruta de solución política a la crisis libia

La Unión Africana abrió ayer su cumbre en Malabo confirmando su compromiso con al hoja de ruta propuesta para la solución al conflicto libio, que pasa por el alto el fuego y una negociación para encontrar una salida política. Las críticas a la intervención militar de la OTAN fueron compartidas por el ex presidente brasileño, Lula da Silva, que criticó además la falta de representación de África y América Latina en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

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Boris BACHORZ |

La Unión Africana comenzó ayer su cumbre en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, en la que reafirmó su apuesta en torno a la hoja de ruta para solucionar la crisis en Libia de forma negociada.

«Indudablemente, se espera que sus deliberaciones sean en torno a esta crisis», confirmó al Presidente de la Comisión de la UA, Jean Ping, a los jefes de Estado africanos.

La UA debe tener en cuenta los sufrimientos padecidos por la población libia a causa de la continuación de los enfrentamientos armados y de los bombardeos desde el 19 de marzo», afirmó Ping en referencia a la intervención de la OTAN.

Abogó de nuevo por la hoja de ruta de la UA, cuyos cinco presidentes mediadores (Sudáfrica, Congo, Mali, Uganda y Mauritania) adoptaron el miércoles propuestas para una solución política. Esta hoja de ruta contempla el fin de las hostilidades y la apertura de un proceso de negociación sobre el futuro del país.

La organización panafricana ha denunciado con contundencia el estancamiento de la campaña de bombardeos lanzada hace más de 100 días, que considera que mina su propio plan de paz, fundado sobre un alto el fuego y la apertura de negociaciones hacia elecciones libres.

El Presidente sudafricano, Jacob Zuma, insistió el domingo en que «la finalidad de la resolución 1.973» de la ONU que autorizaba el recurso a la fuerza «no era autorizar una campaña para un cambio de régimen o un asesinato político» del líder libio Muamar Gadafi.

El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva participó en la cumbre con un declarado apoyo a las tesis de la Unión Africana, al afirmar que el mundo necesita «una ONU capaz de tener el coraje de imponer un alto el fuego en Libia, suficientemente representativa. No es posible que el continente africano, con 53 países no tenga un representante en el Consejo de Seguridad», afirmó en su intervención. «No es posible que América Latina, con 400 millones de habitantes, no tenga representante. No es posible que cinco países (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad) decidan qué es lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo», añadió Lula, que fue saludado con una cerrada ovación.

La intervención ofrece una imagen de las dos posiciones sobre el conflicto libio. Por un lado, la Unión Africana y los países emergentes del grupo denominado BRICS -Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica- apostando por la negociación, y por otro, la OTAN dirigiendo la intervención militar y los países de la Liga Árabe, plegados bajo la dirección de Arabia Saudí, a los intereses de occidente. Gadafi ha aceptado el plan de paz de la UA y la salida negociada, pero los rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT) han hecho de la salida del líder libio y sus hijos del poder una condición previa.

Precisamente, desde occidente se observa la cumbre con la esperanza de que los jefes de Estado miembros de la mediación de la UA en la crisis libia, pongan el acento en la necesidad de que Gadafi abandone el poder.

Frente a este debate sobre Gadafi, el ministro de Asuntos Exteriores ugandés, Henry Oryem Okello -cuyo país forma parte del comité de mediación sobre Libia¯ dejó claro que la salida de Gadafi «es la posición de Occidente. La posición de África es muy clara: corresponde a los libios decidir el futuro de Libia».

La Unión Africana hasta la fecha no ha adoptado una postura sobre este tema, pero sí tiene clara su crítica a la intervención militar de la OTAN. «No comprendo. Creía que OTAN significaba «Organización del Tratado del Atlántico Norte» y se bombardea el sur», afirmó un ministro a France Press, bajo la condición de anonimato.

Los rebeldes, que no asisten a la cumbre, dieron cuenta de sus presiones sobre las delegaciones en torno a la salida de Gadafi, y dijeron haberse reunido con los ministros de Níger, Mali, Chad y Mauritania. El ministro libio de Asuntos Exteriores, Joma Ibrahim Amer, reclamó, por su parte, el apoyo de la UA a Trípoli. «Hemos venido para que la UA apoye nuestra posición y la posición africana sea fuerte, sobre la base de una solución pacífica negociada. Pero hace falta parar los bombardeos de los países de la Alianza matando civiles», afirmó en Malabo

También las dos posturas entorno al conflicto se reflejaron en las opiniones sobre olas armas que el Estado francés ha reconocido haber entregado a los rebeldes. París defendió que armar a la rebelión respeta la resolución de la ONU. Por el contrario, Rusia demandó explicaciones porque «si se confirma, sería una grave violación de la resolución 1.970», afirmó el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov. Igualmente, China pidió a los estados implicados que se abstengan de «toda acción que iría más allá del mandato de la resolución».

Rebeldes sin preparación

Si los rebeldes se muestran poco preparados para hacer caer por sí solos a Gadafi, tampoco ofrecen confianza para gobernar Libia, más aún después de las experiencias caóticas de Irak tras Sadam o de Afganistán tras los talibanes.

Analistas del conflicto no creen que el CNT, órgano político de los rebeldes, esté bien preparado para gobernar. «Hacen progresos, pero les falta mucho por hacer. Les falta realmente capacidad y recursos», subraya un diplomático europeo bajo anonimato. Los retos a los que se enfrenta el CNT son evidentes actualmente en el funcionamiento diario: los equipos de seguridad constituidos por voluntarios llegan tarde para ocuparse de la seguridad de los dignatarios extranjeros a su llegada y las declaraciones de los miembros del CNT son a menudo contradictorias.

Además, la cadena de mando es confusa y hay divisiones entre antiguos miembros del régimen y la oposición.

«Unos aficionados»

«Son aficionados, una banda de abogados y ambiciosos. No creo que sean capaces de gobernar hoy», opina el politólogo libio residente en Estados Unidos Mansur El-Kikhia

Además, el CNT heredaría una situación aún menos envidiable que el Irak de Saddam Hussein, con instituciones poco oficializadas. Hasta ahora, el odio probado hacia el coronel Gadafi duplicado del espíritu revolucionario y ha permitido al CNT reunir bajo su dirección a una sociedad dispar.

Los habitantes del este de Libia se mantienen unidos por este nexo, pese a los problemas en la vida cotidiana, pero una caída de Gadafi o una guerra prolongada podría hacer estallar numerosas divisiones.

Tribalismo y tensiones entre religiosos y laicos ya evidentes en el este serían más pronunciadas en occidente. Consciente de los riesgos el CNT ha preparado un gobierno provisional compuesto de miembros de fuerzas armadas y de seguridad para evitar el caos.

Entre otros asuntos, la cumbre africana abordará también el conflicto en Sudán -antes de la proclamación de la independencia del sur el 9 de julio-, el eventual aumento de tropas de la UA en Somalia, la violencia en el Sahel, la lucha contra la rebelión ugandesa del Ejército de Resistencia del Señor o la financiación de la Organización.

Los conflictos que desangran África
al qaeda

Los ministros de Interior de los seis grandes países europeos y de EEUU subrayaron ayer su temor a que el conflicto de Libia facilite la expansión y el rearme de Al Qaeda en el Magreb. El ministro español, Alfredo Perez Rubalcaba, se mostró preocupado por la aparición de armas del Ejército libio en manos de terroristas».

Además del libio, África vive conflicto como la tensión entre el norte y sur de Sudán, ante la proximidad de la independencia de Sudán del sur, prevista para el 9 de julio, agravada por los choques fronterizos de Abyei y Kordofan del Sur. Somalia está devastada por la guerra civil desde 1991. El norte de Nigeria es escenario de ataques atribuidos a islamistas. La crisis de Costa de Marfil costó 3.000 muertos tras las elecciones presidenciales. En la República Democrática del Congo el este sigue siendo una región inestable donde en los últimos meses se han cometido violaciones en masa; Burundi, marcada por la guerra civil con casi 300.000 muertos sufre ataques mortales y ejecuciones sumarias; Madagascar permanece hundido en una crisis política desde marzo de 2009; Burkina Faso vive motines en los cuarteles y tensiones sociales; el Ejército ugandés se desplegó en el este centroafricano y en el norte de la República Democrática del Congo para hacer frente a la rebelión del LRA. Y en el Sahel, Mali y Mauritania se encuentran entre los países donde opera Aqmi, la Al Qaeda del Magreb, junto a Níger y Argelia. GARA

intervenciones

El presidente de la comisión de la UA, Jean Ping, se opuso «las políticas de imposición traducidas en intervenciones supuestamente humanitarias que causan a la humanidad numerosas víctimas, entre ellas mujeres, niños y desplazados, junto a la destrucción de infraestructuras».

egipto

El dirigente del grupo Hermanos Musulmanes Abdel Maqsud negó que la organización islámica, principal fuerza política de Egipto, haya mantenido contactos oficiales con EEUU, desmintiendo las declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien reconoció «relaciones limitadas» con los Hermanos Musulmanes.

yemen

El presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh sigue hospitalizado en Arabia Saudí y sin cumplir sus anuncios de dirigirse al país, como había previsto para el martes, lo que aumenta las dudas sobre su estado, pero no desatasca la crisis del país.

La OTAN no prevé intervenir en Siria, donde las protestas han alcanzado Alepo

Al contrario que en el caso libio, donde afirma proteger a la población civil, La OTAN no prevé intervenir en Siria, «En Libia operamos sobre la base de un mandato de la ONU y con el apoyo de países de la región. No hay condiciones similares para esto en Siria», declaró en Viena al Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen. Sin embargo condenó «firmemente el comportamiento de las fuerzas de seguridad y los ataques sobre la población civil».

Sobre el terreno, cientos de manifestantes se movilizaron en Alepo para reclamar libertades, y las fuerzas de seguridad intervinieron, según militantes opositores. Alepo, bastión del régimen y centro económico de Siria, había evitado hasta ahora la ola de protestas. Abdel Karim Rihaui, presidente de la Liga Siria de Derechos Humanos, afirmó que «las fuerzas de seguridad dispersaron por la fuerza todas las concentraciones para reclamar libertad». Otro opositor aseguró que leales al Gobierno de Bachar al Assad habían organizado una contramanifestación y les habían impedido a golpes concentrarse en la plaza central bajo la mirada de la policía. Relató que muchos resultaron heridos y otros detenidos, pero que durante la noche había previstas más manifestaciones.

Por otro lado en la provincia de Idlabe, en el noroeste, las tropas entraron de nuevo en varias localidades. «Unos 60 tanques y 100 vehículos de transporte de tropas salieron del pueblo de Al-Barra y se dividieron en dos grupos, que se dirigieron a Kfar Nabl y Kansafra respectivamente», afirmó Rami Abdel Rahmane, presidente del Observatorio de Derechos Humanos. Al menos diecinueve personas, entre ellas menores, murieron entre el miércoles y ayer en la aldea siria de Al Rami, en la zona de Yabal al Zauya, fronteriza con Turquía, según grupos opositores.

Por su parte, los llamados Comités Locales de Coordinación en Siria informaron en Facebook de que, además, hay cincuenta heridos por «disparos de armas pesadas y ametralladoras« y otro medio centenar de personas detenidas. El mismo grupo agregó que Al Rami está cercada por las fuerzas de seguridad y el Ejército, que incendiaron algunas viviendas y bombardearon otras con artillería. GARA

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