Pakistán amaga con negar a EEUU el uso de sus bases militares
Objeto de duras críticas en EEUU, Pakistán ha exhortado a EEUU a que retire sus equipamientos de la base militar de Shamsi, en Baluchistán Oriental. Islamabad airea así el fantasma de la posibilidad de prohibir completamente a Washington que use sus bases para que reposten y despeguen los drones con los que bombardea objetivos en suelo paquistaní.
GARA |
EEUU ha dejado de utilizar la base de Shamsi (Baluchistán Oriental) para sus operaciones de bombardeo con aviones no tripulados (drones) en las provincias tribales fronterizas con Afganistán, a petición de las autoridades paquistaníes, según informó el ministro de Defensa del Pakistán, Chaudhary Ahmed Mujtar. «Ya no volverán a realizarse vuelos estadounidenses desde Shamsi. Si tiene que haber vuelos desde esta base, serán sólo vuelos paquistaníes», declaró tajante.
La base de Shamsi, a unos 300 kilómetros de Quetta y cerca de la frontera, ha sido empleada en el pasado para lanzar ataques contra objetivos que Washington identifica con Al Qaeda, una campaña que EEUU justifica asegurando que habría servido para matar a la mitad de los dirigentes de la red.
Sobre el alcance real de este anuncio, un funcionario paquistaní aseguró al diario «Financial Times que la última vez que aviones estadounidenses partieron de Shamsi fue en 2009 aunque añadió que ahora se ha instado a Washington a que retire todos sus equipamientos de la base aérea.
En abril, fuentes de inteligencia paquistaníes revelaron que el personal militar de EEUU ya había abandonado esta base.
La remota base de Shamsi, situada en pleno desierto, ha sido objeto de especulaciones durante los últimos meses, incluida la de que en realidad estaría bajo el control de los Emiratos Árabes Unidos.
Es evidente que EEUU no necesita mantenerla para continuar lanzando sus ataques con misiles contra objetivos en suelo paquistaní.
Otra cosa es que Pakistán decidiera cerrar todas las bases que sirven para que sus drones reposten y despeguen.
La alternativa sería recurrir a las bases en Afganistán. Precisamente, las fuerzas especiales que mataron al difunto líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en un operativo el pasado 2 de mayo, partieron desde Afganistán.
El ministro paquistaní de Defensa admitió que hay un «déficit de confianza» con Washington aunque añadió que debe ser reducido llevando a cabo «acciones conjuntas».
No ayudan a ello declaraciones como las oídas esta semana en el Senado estadounidense y por boca de comandantes estadounidenses, que instaron a una mayor implicación de Pakistán contra la insurgencia.
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Ni EEUU ni Pakistán admiten públicamente la existencia del programa de bombardeos con drones, que Obama intensificó tras suceder a Bush en la Casa Blanca.