Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
Clima corporal
Clima es –dice el diccionario– el conjunto fluctuante de las condiciones atmosféricas, caracterizado por los estados y evoluciones del tiempo de un dominio espacial determinado. Si nos tomamos la licencia de pensar en un espacio como nuestro cuerpo, vendrían a ser las condiciones de humedad, temperatura, etc. que éste registra a lo largo del tiempo.
Y nuestro clima corporal se ve muy afectado en esta época del año por el exceso de calor. Más aún si se produce un calentamiento importante del aire in situ o la invasión de aire muy cálido sobre un amplio territorio, una ola de calor, combinado con el ejercicio físico.
En principio, la situación se resuelve con modificaciones en el comportamiento: nos desprendemos de ropa, disminuimos la actividad… También se producen cambios fisiológicos en nuestro organismo: una mayor circulación sanguínea superficial, sudoración… E, incluso, hormonales: disminución de la orina…
Pero, cuando la temperatura ambiente es superior a la de nuestro cuerpo o la humedad es muy alta, podemos empezar a tener problemas con el sistema de regulación de temperatura corporal. ¿Qué síntomas nos deberían alertar? Sed, enrojecimiento del rostro, piel seca, dolores de cabeza, alteraciones en la marcha, desorientación espacial y temporal…
Una peligrosa situación que aumenta nuestra temperatura por encima de los 40º C, que produce problemas en el Sistema Nervioso Central, que no es lo mismo que una insolación (exposición excesiva a los rayos solares) porque puede suceder incluso sin intervención del sol, que puede llegar a ser mortal, y que se conoce como Golpe de Calor.
¿Cómo actuar? Deteniendo la actividad, enfriando lo más rápidamente posible a la persona afectada (buscar una zona sombría, darle aire, humedecerle, hacerle beber poco a poco…). Si se recupera, finalizar la actividad con sumo cuidado. Y, si la situación es severa, evacuarle lo antes posible a un centro hospitalario. Evidentemente, en una situación meteorológica de este tipo, antes de realizar la actividad se debería evaluar la posibilidad de renunciar a la misma o de hacerla más reducida. Una difícil decisión para el novato (desconocimiento) y para el experto (falta de miedo) cuando lo que tenemos delante es un magnífico día de aparente buen tiempo.