El BCE sube los tipos de interés y aprieta más la soga al cuello de los estados «rescatados»
El Banco Central Europeo decidió ayer, por segunda vez desde abril, subir los tipos de interés hasta el 1,5%. Y todo parece indicar que antes de finalizar el año volverá a hacerlo. Con el argumento de «enfriar» la inflación para contenerla en el límite del 2% y consolidar la estabilidad de los precios, esta nueva revalorización del precio del dinero beneficia claramente a Alemania y el Estado francés, especialmente a sus bancos, como máximos acreedores en la crisis de la deuda que sacude la eurozona. Tampoco convence el argumento de que así se pondrá fin al «oligopolio» de las agencias de medición de riesgo, como Moody's, que esta misma semana acaba de golpear nuevamente a Portugal y Grecia.
Para Irlanda, Grecia o Portugal, recientemente rescatados y que se enfrentan a una montaña de deudas y a unas medidas de austeridad sin precedentes, aumentar el precio de los préstamos es ponerles la soga todavía más prieta en el cuello. Tendrá un impacto negativo en la economía y en la creación de empleo de los estados periféricos de la eurozona. Y demuestra que el BCE está en manos de alemanes y franceses, al servicio de sus intereses.