TOUR 2011 El de Rabobank sentía que llegaba mejor que nunca al Tour y espera seguir en carrera para ayudar a Gesink
Garate superó la etapa más larga
El irundarra tenía problemas para agarrar el manillar cuando acudió a la salida, tras dormir mal al sufrir una fisura del trocante derecho y acusar golpes en las costillas y en la cadera. Llegó a meta a 2:39, y sólo le aliviaba saber que su líder no tiene secuelas importantes.
Joseba ITURRIA | LISIEUX
La salida en Dinan era el escenario en el que se conocieron las secuelas de las caídas de la víspera. Curiosamente donde menos había era en uno de los equipos más perjudicados, porque Iván Velasco fue el único que se cayó del Euskaltel y no estaba en el autobús del equipo. A las ocho de la mañana había iniciado el viaje a Euskal Herria en coche tras estar hasta las once de la noche en el hospital de Saint Malo para confirmarle que tenía la clavícula rota.
El que sí estaba en la salida era el otro vasco afectado por las caídas, Juanma Garate, que repasaba a GARA su parte de lesiones: «Tengo una fisura en el trocante del brazo derecho, una costilla tocada y un golpe fuerte en la cadera, en la parte del abdomen. He dormido bastante mal y a ver si soy capaz de ir a firmar y puedo agarrar el manillar, porque ahora mismo no puedo ni mover el brazo».
Se mostraba pesimista sobre sus posibilidades de acabar la etapa más larga de 226 kilómetros, pero se marcaba el objetivo de «pasar el día. Puede ser la peor jornada para mí y tengo que sobrevivir. Los médicos lo ven jodido, pero me han dicho que intente ir a la salida y ver qué pasa». Pasó que sobrevivió y acabó a 2:23 de Boasson Hagen.
No cargaba de responsabilidad a ASO por las carreteras elegidas para el miércoles: «Eran bastante peligrosas, pero también son los nervios que hay en el pelotón y lo que se está acumulando. La primera semana del Tour es siempre igual y hay que intentar pasarla día a día».
Le aliviaba que su líder Gesink «sólo tiene muchos raspazos y el codo abierto, pero parece que puede seguir adelante sin problemas porque el golpe me lo llevé yo, que iba delante».
Siente que la desgracia le ha llegado cuando mejor se encontraba: «No recuerdo haber hecho un test en casa antes de una grande con tan buenos resultados como los que hice antes de venir aquí. Todo el equipo ha llegado muy bien, porque hemos realizado muchas concentraciones y entrenamientos en altitud para preparar el Tour. Han sido muchos sacrificios. Había dos que teníamos hijos y se hace duro, sobre todo cuando te despides de ellos con lágrimas en los ojos. Hemos puesto todo de nuestra parte para hacerlo lo mejor posible. La conciencia está tranquila, mejor no se podía hacer el trabajo, independientemente del resultado».
Porque sabe que meses de trabajo se pueden ir al traste en una caída. Por eso relativiza el tiempo perdido por Contador: «Esto es una rueda. El primer día perdió tiempo él, pero ayer nos pudimos quedar en la cuneta cualquiera de nosotros. Hay que tener paciencia. Hasta que no llegue la montaña y se asiente la clasificación, no hay nada descartado para nadie». k.
La presión de Contador
Por eso mantiene como favorito a Contador. Sobre las dudas que transmitía al inicio de la carrera por ser la primera vez que corre Giro y Tour, Garate apunta que «le afectará físicamente al final, a ver cómo llega de resistencia. Con eso él quería echar balones fuera, evitar la presión mediática, pero es el vigente ganador del Tour, defiende título y, por mucho que haya corrido el Giro, se le exige el máximo».
Entiende que a Rabobank «nos interesa que todo se centre en un duelo entre Contador y Andy Schleck, porque son los máximos favoritos y deben asumir la presión como nos toca a nosotros cuando vamos a un Mundial. Cada uno debe asumir en su momento la responsabilidad, y éste es el suyo».
Eso no quiere decir que no confíe en Rabobank: «No somos el equipo que debe controlar la carrera, pero sí arroparemos a Robert en todos los terrenos. Cuando llegue la montaña Mollema puede estar con él con los mejores y los demás tendremos que hacer nuestra labor. Muchas veces teniendo compañeros por delante es como mejor se arropa a un líder». Eso es lo que quiere hacer Garate, si con el paso de los días se recupera de las secuelas de la caída.
Juanma Garate se marca la victoria en el Tour como el objetivo de Gesink y no firma el tercer puesto de un líder que elogia: «Roza la obsesión con la bicicleta, su cabeza es 100% para dar pedales. No tiene otra cosa en la vida que no sea el ciclismo». Así se ha ido a vivir a Girona porque «si eres escalador en Holanda sólo tiene puentes para poder subir. Debía irse a otro país en el que el clima fuera más benévolo y pudiera entrenarse con recorridos más duros y dudó entre ir al Mediterráneo y se decantó por Girona. Veía que muchos ciclistas iban allí. Está contento, muy centrado en su trabajo, es de los más profesionales que he visto».
Fruto de ese trabajo destaca su mejoría en la crono: «Hizo segundo en la Tirreno tras Cancellara, delante de Evans, ganó la del Tour de Omán y en la del País Vasco se subió al podio con el mismo tiempo que el segundo. Ha mejorado mucho y la crono del Tour es dura. La última parte le puede perjudicar porque es de potencia, pero la primera es favorable y espero que tenga algo para jugarse allí».
Agradece que además de Gesink pidan oportunidades jóvenes como Kruijswijk y Mollema: «Robert es muy fuerte, pero no puede abarcar todo el año. Antes teníamos dos líderes. Se fue Denis y ha venido Luis León, pero es bueno que les salgan líderes en casa y que permitan abrir más los frentes y poder disputar Giro y Tour. Estos corredores son fruto de un trabajo de Rabobank desde hace muchísimos años, con una mentalidad y una línea de trabajo muy clara. Han trabajado la cantera en un país con una cultura y una pasión por el ciclismo que nadie tiene y esos nuevos valores son el resultado de ese trabajo». Joseba ITURRIA