Maite SOROA | msoroa@gara.net
El calor les está derritiendo los sesos
Parece que los articulistas y opinadores de guardia de los medios señera del nacionalismo español ya han dicho (casi) todo lo que tenían que decir de Bildu, de los resultados del 22-M, de las instituciones vascas, de ikurriñas y fotos, y del nuevo tiempo político abierto en Euskal Herria. Con la llegada del calor han pisado el freno y, hasta que sus jefes vuelvan a tocar la corneta, han apartado su mirada de este país. No lancen cohetes, porque volverán.
Además, siempre quedan algunos, inasequibles al desaliento, que tiran de imaginación para hablar de las vascas y los vascos. Como el editorialista de «ABC», quien se hacía eco de una información titulada «Los proetarras quieren imitar la estrategia de movilización de los `indignados'» para afirmar, sin inmutarse, que «Los servicios de información de las Fuerzas de Seguridad del Estado están al tanto del interés que la izquierda proetarra tiene por el movimiento 15-M, del que quiere importar sus tácticas asamblearias para el País Vasco durante las fiestas patronales de este verano». Sí, ya se que parece cachondeo, pero el vetusto periódico de Vocento lo llevaba incluso a primera.
El editorialista, por si acaso, quería tranquilizar a los «indignados», ahora también anonadados, y señalaba que «Los informes policiales dejan a salvo a los organizadores del 15-M, en el sentido de que todo se trata de una iniciativa propia del mundo batasuno», pero insistía en la historieta y, consciente de las lagunas del relato, aseguraba que «Tampoco debería resultar sorprendente la atención de la izquierda proetarra a esta expresión antisistema, porque se basa en una deslegitimación de la legalidad institucional y del sistema democrático. Tales fundamentos son un río revuelto en el que quieren pescar grupos de todo tipo, y los batasunos son uno de ellos. Su objetivo es desestabilizar el Estado, que es lo que siempre ha pretendido ETA». Y después del dislate, llegaba la advertencia: «El 15-M, aun sin quererlo, ofrece excusas para estas convergencias nada deseables. Aunque lo cierto es que el 15-M no ha dedicado una mínima parte de sus energías a denunciar a ETA, la principal amenaza a las libertades de los ciudadanos». A alguno el calor le está derritiendo los sesos.